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Solange Vázquez
Martes, 6 de febrero 2024, 00:11
Cuando hablamos con amigos y familiares de la gestión de nuestro dinero, siempre hay algún 'enterao' que nos hace sentir un poquito mal porque parece que tiene un control milimétrico de sus finanzas, conoce qué entidades ofrecen las mejores condiciones, no paga comisiones (y encima ... se ríe de los que sí)... y sabe qué número de cuentas en distintas entidades debemos tener para gestionar mejor el capital. Pero, ¿es que hay un número mágico? ¿El 'poliamor' bancario es beneficioso? Los expertos dicen que depende del dinero que tengas y del uso que le quieras dar... pero, en general, ven necesario lo de diversificar, es decir, no tener todo en una misma entidad (sobre todo, si disponemos de más de 100.000 euros, el tope máximo de garantía si el banco se va al traste).
«Diversificar siempre es beneficioso: los bancos con los que ya se trabaja no tienen por qué ser los mejores en todos los aspectos», indica Ricardo Gulías, CEO y fundador de RN Tu Solución Hipotecaria. Es decir, hay que mirar qué ofrecen por ahí, como lo hacemos con otro tipo de productos que tienen un peso mucho menor en nuestra economía.
Una, dos, tres... ¿cuántas? «El número de entidades a considerar depende mucho de la cantidad de hipotecas que tenga una persona, pero en principio, tres entidades es lo habitual y lo más lógico», apunta. Algunos consultores aconsejan, sin embargo, que más que guiarnos por la cantidad de hipotecas que tenemos para fijar el número de cuentas en distintos bancos, lo mejor es centrarnos en la parcelación del dinero según su uso. Y proponen tres: una para ingresos, otra para gastos y otra para ocio. Así nos será más fácil cumplir objetivos (ahorrar para un viaje, por ejemplo, o no gastar más de una determinada cantidad al mes). Obviamente, debemos elegir aquellas entidades que no penalicen la falta de domiciliación de la nómina.
Eso sí, si optamos por tener vínculo con dos o tres entidades, debemos ser conscientes de que eso requiere un mínimo de tiempo para revisarlas. «Porque como te despistes te gastas más de 600 euros al año en comisiones, entre tarjetas y cuentas», advierte Gulías. ¿Y qué se puede hacer? «Es cierto que si te quejas te las devuelven o te las condonan o te las hacen más pequeñas», afirma. Así que no, no es una leyenda urbana. Tu cuñado tiene razón.
En este caso casi seguro que tenemos que ser 'infieles' a nuestro único banco. Al realizar una segunda operación hipotecaria en tu entidad habitual, las condiciones posiblemente sean peores que las que puedas encontrar en otra si comparas respecto a la primera firma. «Es como un juego de enredos en el que es crucial encontrar la combinación correcta, ya que un error puede tener consecuencias significativas, especialmente en una inversión como la compra de una segunda vivienda», apunta Gulías.
Eso se ve bastante claro en los casos en los que se contratan los servicios de un intermediario de crédito o de un 'personal shopper' inmobiliario: al rastrear las mejores condiciones hipotecarias del mercado, se han dado cuenta de que casi nunca hayan la opción óptima en nuestra entidad habitual. «Por eso es común que aquellos que tienen dos hipotecas opten por tener cada una en un banco distinto: es el caso más habitual de diversificación bancaria», añade.
Para los asalariados, lo de tener dos o tres cuentas es más o menos opinable, pero para los autónomos, según los expertos, debería ser casi obligatorio. Estos trabajadores suelen necesitar financiación con mayor frecuencia... «y tener una variedad de bancos con diferentes formas de trabajar puede ser beneficioso», explica. La flexibilidad de estar vinculados puede sacarles de algunos apuros, ya que sus ingresos y necesidades pueden fluctuar.
Cuando los titulares no realizan ni un solo movimiento en 20 años se entiende que esa cuenta ya no es de nadie y el dinero pasa a ser propiedad del Estado.Tal cual. Así que si somos de esas personas que abren cuentas alegremente, más vale que no nos olvidemos de ninguna (a veces las abrimos para una derrama de la comunidad o un evento concreto y luego dejamos un remanente). Cuando ocurre esto, tenemos muchas posibilidades de que nos quedemos en números rojos (porque las comisiones siguen 'cayendo' y al final se 'comen' lo que había) o de olvidarnos de su existencia. En 2021, último año del que se tienen datos, «Hacienda ingresó 30 millones de euros procedentes, la gran mayoría, de cuentas abandonadas», alerta la OCU.
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