Cómo compartir coche
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El éxito de apps como Bla Bla Car: «Me voy de vacaciones en coche compartido»Ir del aeropuerto de Jerez a Conil de la Frontera, un destino con mucho tirón en las fechas en las que estamos, es toda una odisea de transportes y una pérdida de tiempo. La mejor opción es cogerse un autobús que tarda 2 horas y 20 minutos en cubrir los 73 kilómetros que hay entre ambos lugares por entre 7 y 12 euros. En coche, son solo 50 minutos, pero hay que tenerlo o alquilarlo... Salvo que recurramos al consumo colaborativo: esto es, a compartir uno con desconocidos. Esta práctica es cada vez más habitual porque permite ahorrar costes y, también, emisiones a la atmósfera.
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Julia Fernández
En España funcionan varias plataformas para contactar con conductores dispuestos a llevar a otras personas en sus desplazamientos. Y se calcula que al año se reduce la emisión de CO2 a la atmósfera en 1,5 millones de toneladas. La Generación Z es muy fan de esta manera de viajar. Resulta mucho más personal y amena. Desirée es una de esos conductores dispuestos a llevar a quien lo solicita. Viaja en su Volvo ranchera con su perra de aguas en el asiento trasero. Su dueña anterior no la quería cuando era cachorro y ella se hizo cargo del animal hace nueve años. Son inseparables y deja claro que va con ella en el anuncio de BlaBlaCar, la plataforma en la que se ofrece a llevar a quien lo desee y le coincidan sus movimientos. Tiene nada menos que 6 millones de usuarios en España.
Primero fue usuaria y reconoce que no le resultaba fácil encontrar a alguien que la llevara con la perra. Ahora es ella la que va al volante:«Normalmente, me desplazo entre Dos Hermanas, en Sevilla, hasta Zahora, en la provincia de Cádiz, donde tengo un centro de masajes en plena arena de la playa», cuenta durante el trayecto. Se desvía a San Fernando antes de llegar para dejar a Alejandro, un chaval de Tenerife que trabaja por la zona y que se desplaza a diario hasta allí.
Tiene muchas anécdotas que contar, casi todas buenas. Como el día en que se le rompió su antiguo coche y la recogieron unos músicos «en una caravana antigua. Me lo pasé estupendamente, hay viajes que te enriquecen. En este compartimos miles de anécdotas, canciones y comida a bordo», expresa la sevillana con mucha simpatía.
La misma que derrocha Viki, una alemana afincada en Sevilla desde hace dos décadas y madre de dos pequeños. Ella también es usuaria del transporte compartido. «Uso mucho este sistema para ahorrar costes, sobre todo los fines de semana, que voy a una parcela que tengo cerca de Vejer», explica. De San Juan de Aznalfarache, cerca de Sevilla, a Conil, por ejemplo, el traslado sale por solo 12 euros. «Hay gente muy peculiar, un día subí a tres chicos y uno de ellos era cocinero. Venía de celebrar el 70 cumpleaños de su padre y en uno de los bultos llevaba lo que había sobrado de la celebración. Nos quedamos atrapados en un superatasco en la AP-4, nos desviamos a un área de servicio y nos comimos las sobras», detalla.
Un viaje en coche da para mucho, y la música suele ser uno de los temas típicos para pasar el rato. Viki pide permiso para poner la que le gusta cuando viaja en compañía. Otro asunto habitual, según un estudio de Bla Bla Car, son las recomendaciones de sitios que visitar. Pero hay temas peliagudos: la política, la inmigración y la economía. David es otro usuario de esta forma de viajar y lo sabe bien. Uno de sus traslados de Madrid a Logroño para una despedida de soltero «casi acaba como el rosario de la aurora» porque la conductora se puso a hablar del primero y opinaba radicalmente distinto de él y del resto de pasajeros
A veces, tampoco se sabe de qué conversar porque los propios viajeros están un poco 'perdidos'. «En varias ocasiones me he encontrado con gente que casi no conocen ni donde van, solo que deben llegar a los invernaderos de Níjar para empezar a trabajar», explica Nacho. Los inmigrantes que trabajan en el campo también usan este tipo de servicios, no es solo cosa de turistas o de veraneantes.
La seguridad en el uso del coche compartido es importante. Por eso, los usuarios se fijan mucho en las valoraciones que los conductores reciben en las aplicaciones para no encontrase situaciones indeseables. Y esto es importante, como cuenta Alex en TikTok: «Nadie me ha puesto tantas veces en peligro como en un viaje que hice de Barcelona a Granada». Tardó 12 horas porque el coche en el que iba era una «tartana del año de la pera» que no era capaz de alcanzar los 90 kilómetros por hora cada vez que había una cuesta arriba.
Lucía, otra usuaria, tuvo menos suerte: explotó la rueda trasera del vehículo y tuvo que llevar collarín durante varios días. Aun así, el transporte colaborativo tiene éxito. Este año, los trayectos con destino Gandía, otro destino muy apropiado para estas fechas, han aumentado un 8%, según datos de Bla Bla Car. De enero a julio se registraron 13.000 viajes con una distancia media de 234 km y a un precio de unos 14 euros.
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