Cómo elegir el mejor televisor

Pese a que según un estudio realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) el precio medio de los televisores bajó un 15% el año pasado, el abanico es tan amplio que los expertos recomiendan acudir a la tienda con un presupuesto cerrado. «Es importante tener claro cuánto queremos gastarnos porque hay precios para todos los bolsillos; desde los 200 euros que cuestan los aparatos más sencillos hasta los más de 6.000 de los modelos más sofisticados».

Películas, series, informativos, deportes... ¿qué quiere ver?

Otro aspecto muy importante a la hora de comprar un televisor es saber qué uso se le va a dar. «Es decir, no tiene nada que ver el modelo que le puede encajar a un cinéfilo empedernido con el que necesita un adicto a los videojuegos o un cliente que solo quiere la tele para ver los informativos de vez en cuando», precisa la responsable de Puntronic.com

Es importante medir la distancia desde el punto central donde uno se sienta para ver la televisión hasta el lugar donde se va a instalar el aparato para calcular el tamaño de pantalla que mejor se adapta al espacio del que disponemos. Por ejemplo, no es recomendable colocar un televisor de más de 50 pulgadas (unos 110 centímetros de ancho) si la distancia a la pantalla es inferior a tres metros.

En cualquier caso, se debe tener en cuenta que esta distancia condiciona el tamaño del televisor, pero solo hasta cierto punto. «En principio, una pantalla grande hay que verla desde más lejos porque, de lo contrario, resultará incómoda. Sería como presenciar un partido de tenis moviendo la cabeza de lado a lado para abarcar todos los ángulos. Además, al estar muy cerca veríamos la imagen pixelada. Sin embargo, este problema puede subsanarse con un televisor 4K, en el que la calidad de imagen es mucho mayor. Por el contrario, en una pantalla muy pequeña nos costará apreciar los detalles y ¡los subtítulos! Tanto las películas como los documentales o el fútbol desmerecen bastante si la distancia que separa al espectador del aparato es demasiado grande», coinciden los técnicos. En líneas generales, una pantalla de 50-55 pulgadas es suficiente para disfrutar de una película en un salón de tamaño medio. Los que que no se conforman con menos de 65, deberán tener en cuenta otros aspectos, «como la calidad de imagen».

La diferencia de precio entre televisores del mismo tamaño se debe precisamente a la calidad de la imagen. «De menos a más, podemos encontrar aparatos FullHD, UltraHD o 4K. Los dos últimos son prácticamente lo mismo y significa a groso modo que tienen una buena resolución. Si la televisión tiene además HDR (alto rango dinámico), la imagen contará con una gran riqueza de color y se verá mucho mejor incluso en escenas oscuras. Eso sí, esta tecnología encarece el presupuesto», precisa Rosa Alsina.

El siguiente nivel son los sistemas OLED y QLED, que aportan a la imagen unos colores mucho más definidos, negros más puros y una mejor visualización, «una tecnología que solo está presente en pantallas grandes y de gama alta».

«Hay otros detalles que también contribuyen a hacer la vida más agradable, como las Smart TV, que permiten navegar por internet y acceder a contenidos muy diversos». Es interesente que la televisión tenga al menos dos puertos (entradas) HDMI para poder conectar otros aparatos.