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Alquilar un vehículo para desplazarse sin preocupaciones en el lugar de vacaciones o por pura necesidad en cualquier época del año es una muy buena opción siempre que se tengan en cuenta una serie de factores para que la factura no se dispare más de ... lo necesario. «Antes de firmar nada es fundamental tener claros algunos conceptos como quién va a conducir el coche, el lugar de recogida, la política de combustible, así como la propia tarifa y todos los suplementos. También es recomendable revisar concienzudamente el vehículo antes de salir a la carretera para comprobar su estado, sobre todo si no se ha contratado un seguro a todo riesgo», orienta Daniel Mata, responsable de viajes del comparador Rastreator.
Además, este año es más importante que nunca arrendar con antelación, puesto que «la crisis de los microchips también ha afectado al sector del 'rent a car'. De hecho, estimamos contar con un 40% menos de flota», advierte Juan Luis Barahona, presidente de la Federación Nacional Empresarial de Alquiler de Vehículos (FENAVAL), que representa a más de 800 empresas y al 95% del sector por volumen de facturación. Estos son algunos de los aspectos que se deben tener en cuenta a la hora de alquilar un vehículo.
Este apartado es muy importante porque el precio varía mucho en función de la edad y de la experiencia del conductor. Cuanto más joven e inexperto sea, más cara será la tarifa. «La mayoría de las empresas suele exigir que la persona que conduce tenga, como mínimo, entre 21 y 23 años y algunas, incluso, exigen que tenga 25. También pueden pedir al menos dos años de antigüedad del permiso de conducir. Lo más ventajoso desde el punto de vista del precio final es que figure como conductor la persona con más experiencia al volante», aconseja Mata. Añadir a otro conductor –incluso dos– puede subir la tarifa hasta 15 euros por persona y día.
Explica el presidente de FENAVAL que el modelo más usado dentro del sector del 'rent a car' en nuestro país «es un vehículo que se caracteriza por dos rasgos: compacto y urbano». El experto de Rastreator insiste en alquilar un modelo «que se ajuste a las necesidades reales de las personas que lo van a usar y no suponga una pérdida de dinero». Además del modelo en cuestión –un utilitario suele costar aproximadamente la mitad que un familiar, por ejemplo–, el precio final se suele calcular en función del tiempo que se alquile, «que en temporada alta está en torno a los tres días de media», informa Barahona.
«Otro rasgo diferencial entre unas empresas del sector y otras es la política de combustible», avisa Daniel Mata. La norma general es que el vehículo se devuelva con la misma cantidad de combustible con la que se recogió, «pero cada compañía tiene sus propias normas en cuanto al repostaje de su flota y el usuario debe ajustarse a ellas». El concepto de kilometraje es otro de los factores que pueden modificar la factura. «Lo más habitual es que el conductor disponga del vehículo a su antojo, pero existe la opción de establecer un límite diario de desplazamientos para abaratar la tarifa. Pero, ojo, en este caso es muy importante hacer bien el cálculo porque el conductor tendrá que abonar a la empresa cada kilómetro que circule de más», precisan en Rastreator.
Otro de los puntos a los que hay que prestar atención para no pagar de más es la hora de recogida y entrega de vehículo. «Las empresas de 'rent a car' cobran normalmente por franjas de veinticuatro horas, por lo que si se recoge el coche a las 17.00 horas se debe devolver a esa misma hora o antes. Si se entrega a las 19.00, por ejemplo, lo más probable es que nos cobren un día más de alquiler», advierte el responsable de viajes de Rastreator. El lugar de recogida también afecta al bolsillo. Por regla general, sale mucho más económico recoger el vehículo en la oficina del aeropuerto que en la del centro de la ciudad.
Dentro de la cuota suelen estar incluidas las coberturas básicas (seguro a terceros), aunque se pueden añadir otros conceptos como daños, robo o, incluso, contratar una póliza a todo riesgo. Cuidado, eso sí, con los extras (sillita para bebé, gps, elevador...) y los suplementos (conductor adicional, horarios de entrega y recogida, combustible...) porque pueden disparar la factura.
«El 'rent a car' es una de las vías de entrada y primer contacto de los conductores con el vehículo eléctrico y con cualquier otra tecnología novedosa. Lo que ocurre es que, hasta el momento, la experiencia del usuario no termina de alcanzar un nivel muy alto de satisfacción por dos motivos: la dificultad en cuanto a la oferta de infraestructuras y la escasez de puntos de recarga, por lo que la mayoría decide alquilar modelos más tradicionales», lamenta Juan Luis Barahona, presidente de FENAVAL. A su juicio, tampoco ayuda que «la mayoría de la red actual de recarga pública sea de carga lenta, lo que supone un hándicap para el usuario».
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