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En los tiempos que corren, quizás le interese saber que en la Tierra se calcula que hay 10 quintillones de virus. En un milímetro caben unos 10.000, por lo que, si los pusiéramos todos en fila, ocuparían mil trillones de kilómetros, es decir, la distancia que recorre la luz en 105 años, o la que se atraviesa en un viaje de ida y vuelta desde la Tierra a la constelación de la Osa Mayor. Da miedito, pero la buena noticia es que la mayoría son benignos y se encuentran en los océanos. Así lo expone José María Mainat en su libro 'Ciencia Optimista' y, aunque es un dato más anecdótico que práctico, nos da una idea de la de cosas que las matemáticas nos permiten descubrir.
Si, las matemáticas, esa asignatura que para algunos es como 'el lado oscuro' de su etapa académica, pero que realmente son la luz que ilumina el conocimiento humano y permite su avance y evolución. No lo parece, pero esta ciencia, infravalorada en el campo de la cultura frente a otras más obvias como la literatura o la historia, está presente en casi todo lo que vemos y hacemos, desde las pipas de un girasol –el patrón de las semillas sigue la secuencia de Fibonacci, en el que cada número es la suma de los dos anteriores– hasta las pompas de jabón. Así, entenderla «nos ayuda a comprender mejor el mundo y los fenómenos que ocurren dentro de él», expresa Javier Aramayona, investigador del Instituto de Ciencias Matemáticas (ICMAT).
Las matemáticas también «son la herramienta que tenemos como personas para ejercer nuestra ciudadanía de forma crítica», añade Eduardo Sáenz de Cabezón, matemático, divulgador científico y creador del exitoso canal de YouTube 'Derivando'. «Ahora mismo estamos rodeados de datos de todo tipo (económicos, políticos, sociales…) y la forma que tenemos de poder interpretarlos, comprenderlos y sacar conclusiones es poseer una mínima formación matemática», sostiene.
El profesor e ingeniero David Calle, conocido por su academia y canal de YouTube 'Unicoos' y por haber sido finalista del Global Teacher Prize en 2017, está de acuerdo y añade: «Cuantas más matemáticas sepamos, más difícil será que nos manipulen con números, gráficas y estadísticas. No conocer los conceptos matemáticos básicos no debería impedirnos poder distinguir entre lo que es verdad y lo que no».
JAVIER ARAMAYONA
El problema es que no es una materia fácil. Por eso, muchas personas que no la entienden pierden el interés por ella. «Las matemáticas son un idioma en sí mismo. Un lenguaje con distintos niveles de sofisticación que es complicado comprender y transmitir», destaca Aramayona. «Eso no quiere decir que sean solo para listos», matiza el experto. «Tienen sus grados de dificultad, pero las que se imparten en el colegio son lo suficientemente asequibles para que todo el mundo, salvo contadas excepciones, pueda entenderlas».
Sobre su aprendizaje, Sáenz de Cabezón destaca los estudios que dicen que, ya desde bebés, tenemos una noción de la cantidad y el conteo –sabemos lo que es contar desde los 14 meses, según un estudio de la Universidad Johns Hopkins (EE UU)–, pero reconoce que las operaciones más avanzadas, como una división, son complicadas e involucran muchas zonas del cerebro que hay que entrenar. «Los ejercicios son útiles, pero cuando los estamos resolviendo solo vemos una serie de operaciones en una hoja que no van a aparecer nunca más en nuestra vida. Por eso, el aprendizaje de las matemáticas necesita arroparse de un contexto. No solo práctico (para qué las vamos a usar), sino también histórico (por qué surgió cada nuevo descubrimiento y qué ha supuesto para la humanidad)».
Eso también atañe a la forma en que se imparte esta asignatura, a la que, en opinión del profesor Calle, le vendrían bien algunos cambios. «Estamos convirtiendo a los chavales en máquinas de calcular en un siglo en el que no hace falta, y dejamos de lado las matemáticas apasionantes, que son las de entender cosas y plantear problemas. Las actividades repetitivas son muy poco significativas, hay que proporcionarles ejemplos divertidos y que entiendan, a poder ser relacionados con cosas que les gusten, como el fútbol o los videojuegos, donde las matemáticas aparecen de forma casi inconsciente». De hecho, las imágenes de un videojuego son combinaciones de polígonos, desde el personaje hasta los escenarios. Aun así, no todo es diversión, y Calle subraya que también hay que enseñar a los niños eso de que al que algo quiere algo le cuesta.
DAVID CALLE
Iniciativas como 'Derivando' o 'Unicoos' han sido pioneras en mostrar esta cara amena de las 'mates', además de convertirse en una herramienta de estudio útil. «En una asignatura como matemáticas, tener la posibilidad de parar una clase, rebobinarla y verla a tu ritmo es una ayuda incalculable», dice el ingeniero.
Otro problema a superar es la disyuntiva social, tan profundamente arraigada, que existe entre las ciencias y las letras. «No hay mentes de números y mentes de letras», opina el investigador del ICMAT. «Es una cuestión de gustos, porque el conocimiento no está tan diferenciado. Es más, la capacidad de comprensión lectora es muy necesaria para resolver problemas matemáticos, por lo que la separación de ambas materias no es constructiva desde un punto de vista educativo».
Poco a poco está creciendo la conciencia sobre la importancia de las matemáticas y hay dos motivos principales: el mayor acceso a la educación de las nuevas generaciones y el aumento del uso profesional de los datos. Esto se aprecia, por ejemplo, en el crecimiento que han sufrido las notas de corte de dicho grado en los últimos cuatro años y en la gran reclamo de las multinacionales de personas con conocimientos en ciencias exactas. «La formación en matemáticas se están poniendo en valor porque estos estudiantes son personas capaces de resolver problemas de forma analítica y rigurosa, tienen habilidades de informática y programación y saben gestionar datos», señala el divulgador Sáenz de Cabezón.
Calle añade otra reflexión: «Hace 20 años, ser matemático significaba ser profesor, pero hoy en día es tanta la demanda de matemáticos en las multinacionales, y los sueldos son tan altos, que cada vez es más difícil que estos quieran ser maestros». Y agrega: «El análisis de datos, el 'big data' o el 'machine learning' están basados en operaciones y tienen unas salidas laborales enormes. Puede que no se vea claramente, pero lo cierto es que, a día de hoy, con las matemáticas tienes la vida solucionada».
Una de las disciplinas a la que más se está recurriendo durante la crisis del COVID-19 es las matemáticas. «Los matemáticos tenemos modelos efectivos para hacer previsiones futuras, con el fin de intentar conocer la evolución de que tendrán distintos fenómenos, como una pandemia», detalla el investigador del ICMAT Javier Aramayona. Las estadísticas, por ejemplo, ayudan a hacer previsiones sobre el número de contagios. «Esta crisis es un claro ejemplo de cómo las matemáticas ayudan de forma activa, por ejemplo, a la toma de decisiones médicas y políticas. Y ha puesto de manifiesto la importancia de invertir en investigación de ciencia básica y en matemáticas en particular».
CURIOSIDADES DE LOS NÚMEROS
El lenguaje informático está basado en ceros y unos. Los creadores de Google, Larry Page y Sergey Brin, se inspiraron en ello al nombrar el buscador. La palabra 'Google' rinde homenaje al término matemático 'googol', que se refiere al número 10 seguido de 100 ceros.
El 2 es un número simétrico en el reino animal (dos ojos, dos orejas, dos brazos, dos piernas). También representa la dualidad del mundo: luz-oscuridad, izquierda-derecha, afirmativo-negativo, hombre-mujer o vida-muerte.
El 3 es un número que destaca en todas las disciplinas. En la literatura (los tres Mosqueteros y los tres cerditos), en las matemáticas (el número Pi empieza por 3), en la religión (la Santísima Trinidad), en el arte (los colores primarios: amarillo, rojo y azul), en la magia (los tres deseos), en la política (los tres poderes del Estado) y en el deporte (las medallas olímpicas: oro, plata, bronce).
En la cultura china, se considera al 4 como un número de mala suerte por su similitud fonética con la palabra 'muerte'. Cuatro también son los jinetes del Apocalipsis, que representan la Gloria, la guerra, el hambre y la muerte.
El 5 es el único número que en el idioma español tiene la misma cantidad de letras que el valor que representa. El perfume Chanel nº 5 se nombró así porque la quinta prueba fue la que agradó a Ernest Beaux y Coco Chanel.
El 6 tiene la particularidad de que es la suma y la multiplicación de los tres primeros números (1+2+3=6 y 1 x 2 x 3= 6). El 666 también se asocia al diablo.
El 7 se ha considerado siempre un número mágico y se repite tanto en fenómenos naturales (las fases lunares, los colores del arcoíris) como en aspectos de nuestra vida (los días de la semana, las notas musicales).
El 8 es un número que también se repite mucho en la naturaleza (los tentáculos del pulpo, las patas de los arácnidos, los huesos del cráneo y del oído, el número deátomos del oxígeno). Asímismo, representa el eterno movimiento cósmico y escrito en horizontal simboliza el infinito.
Desde los orígenes, el número 9 se ha asociado a la cosmología. Para algunas culturas, también es un símbolo de buen auspicio. Los tibetanos, por ejemplo, cuando hacen un brindis beben tres sorbos de tres copas de vino.
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