Su cerebro era un caracol
verano de... 1938 ·
Dalí conoció a Freud, una de sus grandes obsesiones tras leer 'La interpretación de los sueños', gracias a Stefan ZweigSecciones
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verano de... 1938 ·
Dalí conoció a Freud, una de sus grandes obsesiones tras leer 'La interpretación de los sueños', gracias a Stefan ZweigUna de las obsesiones del joven Dalí era conocer a Freud. Se había convertido en admirador del psiquiatra austriaco tras leer 'La interpretación de los sueños', traducida al español en 1922. Llamaba a su casa de Viena y le decían que no estaba. Y Dalí ... paseaba imaginándose que el psiquiatra lo acompañaba y pasaban toda la noche colgando cortinas en su habitación del hotel Sacher. Es de esperar que las cortinas no tuvieran, ni en sueños, la envergadura de las que Dalí hizo para Hitchcock en 'Recuerda'.
En junio de 1938 estaba el pintor en un restaurante de París comiendo caracoles. Y vio a Freud en un periódico. El fundador del psicoanálisis había llegado a París camino de Londres. Llevaba viviendo en Viena 79 años, pero era tiempo de nazis. De pronto, tuvo una visión. El cerebro de Freud era como un caracol. Y podía ser extraído del cráneo con una aguja. Todavía tenía más ganas de conocer a Freud, así que movió hilos. Primero tiró del millonario Edward James, vinculado al movimiento surrealista. Todavía no se habían distanciado, cosa que pasaría cuando James patrocinó el pabellón surrealista de la Feria Mundial en 1939 en Nueva York. Pero aún tenían una buena relación. En 1937, Dalí y James propusieron a Buñuel (por su cercanía a los republicanos) comprar un bombardero checoslovaco para la Guerra Civil. A cambio quería unas cuantas obras maestras del Prado para exhibirlas por todo el mundo y recaudar fondos para los republicanos (luego las devolvería). Por suerte, Buñuel no le hizo caso. Un bombardero checoslovaco. Cuando todavía no había acabado ese verano caliente de más (el 10 de septiembre), Göring dio un discurso en Núremberg: «Los checos son una raza miserable de pigmeos». El presidente checo, qué iba a hacer, dijo que había que mantener la calma.
Vuelvo a Dalí. Edward James contactó con Stefan Zweig, amigo de Freud. Según cuenta Craig Brown en 'Hello, goodbye, hello', el escritor mandó tres cartas a Freud sugiriéndole que Dalí podía hacerle un retrato. Le recalcaba que era el único genio de la época y el más entusiasta difusor de sus ideas. La cita, con Zweig y James, tuvo lugar el 19 de julio de 1938 en Londres. Freud tenía 82 años y estaba muriendo de cáncer. Además, oía poco. Dalí no hablaba alemán ni inglés. Pero, según el pintor, se devoraron con los ojos. Y le enseñó 'La metamorfosis de Narciso'. Mientras Zweig y James hablaban con Freud, Dalí lo retrataba. Por supuesto, era un caracol. Los otros procuraban que Freud no lo viera. La excitación de Dalí mientras lo pintaba no pasó desapercibida a Freud, que susurró a James en alemán: «Ese chico parece un fanático. No es de extrañar que tengan una guerra civil en España si todos son así».
Por otro lado, el 24 de julio Nestlé había patentado el café instantáneo.
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