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Podemos encontrar mil motivos para criticar el mandato de Donald Trump, pero hay un sector cultural muy concreto al que su presidencia trajo una nueva era de esplendor: el de los libros en blanco. Lo de concebir un libro como un gran chiste, en el que la portada sirve de planteamiento y el contenido (inexistente) viene a ser el desenlace, es una práctica con cierta tradición que floreció en tiempos de Trump: ahí están volúmenes como 'Razones sorprendentes para pensar que Trump será un gran presidente', 'Por qué Trump merece confianza, respeto y admiración', 'Dentro de la mente de Donald Trump' o incluso el 'Libro completo de la sabiduría' del magnate, todos ellos con presentación resultona y sin texto en su interior. De todas formas, hay que decir que esta avalancha editorial fue superada en éxito comercial por el superventas del otro bando, 'Razones para votar a los demócratas', 266 páginas en blanco firmadas por Michael J. Knowles y cuidadosamente organizadas en epígrafes como 'economía', 'política exterior', 'derechos civiles' o 'inmigración'. A Trump le encantó, tanto que lo recomendó en Twitter como «un gran libro para vuestro disfrute como lectores».
Parece que la ocurrencia de publicar libros paródicos sin contenido detonó de manera simultánea a ambos lados del Atlántico allá a finales del siglo XIX. En Estados Unidos tenemos un opúsculo titulado 'Un registro de la habilidad y logros políticos de Winfield Scott Hancock', dedicado al aspirante demócrata a la presidencia, mientras que el Reino Unido produjo 'Los logros políticos del Duque de Dalkeith', que centraba sus 32 páginas en blanco en el aristócrata y parlamentario William Montagu. Según el subtítulo, todos los elogios que contenía (o sea, ninguno) habían sido «cuidadosamente recopilados de fuentes fiables». Si queremos profundizar en esta pieza histórica del panfletarismo conceptual, hoy podemos 'leerlo' directamente en Google Books, escaneado de un ejemplar de la Universidad de Oxford. La idea de utilizar las páginas en blanco para ironizar sobre la carrera de algún político hizo fortuna y no solo ha llegado hasta figuras estadounidenses como Trump y Obama (con 'Todo lo que Obama sabe sobre economía'), ya que también la revista 'El Jueves' publicó en su momento un aireado volumen de bolsillo titulado '100 pensamientos más profundos de José María Aznar'.
No obstante, el gran héroe del libro en blanco en nuestros tiempos es un tipo británico llamado Sheridan 'Shed' Simove, un graduado de Oxford (ajá, a lo mejor se inspiró en su biblioteca) que desde 2011 ha vendido miles de copias de su obra en blanco 'Qué piensan los hombres más allá del sexo'. Anteriormente el hombre había invertido cinco años en escribir un libro de autoayuda, así que para este no se complicó la vida: el proceso completo le llevó nueve días y le resultó la mar de rentable, ya que el libro se puso de moda entre los universitarios como cuaderno jocoso donde tomar apuntes. «En cierto modo, al llenarlo de contenido, están demostrando que me equivoco, pero me pregunto cuántos de ellos se pondrán a pensar en el sexo en cuanto acabe la clase», declaró el autor. El libro se 'tradujo' a varios idiomas (en fin, la portada era distinta) e incluso entró en el Guinness como volumen con más páginas vacías. Simove se superó con su siguiente gracieta, que no era exactamente un libro en blanco sino un libro en gris: '50 sombras de Gray' (sí, cambió el apellido, aprovechando que el color gris se puede deletrear de dos maneras en inglés) son doscientas páginas sin texto, cada una en un tono distinto de gris. «El libro se va volviendo más y más oscuro a medida que avanzas», prometía su publicidad.
Las webs que imprimen libros 'a demanda' han multiplicado la oferta de libros en blanco y, como consecuencia, han desactivado notablemente su efecto cómico: podemos encontrar de todo, desde 'Por qué los perros son mejores que los gatos' hasta 'El sexo después de los 60'. Pero no todo es humor inofensivo: en 2017 se publicó el controvertido 'Historia del pueblo palestino', un libro sin contenido firmado por el publicista israelí Assaf Voll que Amazon acabó retirando de su catálogo.
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