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Así lucha la inteligencia artificial contra el acoso escolar y mejora la convivencia en las aulas

Seis colegios españoles aplican el 'machine learning' al servicio de la protección al menor para ayudar a los docentes a hacer frente a esta lacra social en la que a veces impera la ley del silencio

Miércoles, 27 de noviembre 2019

Ocurre en los colegios, en los parques o en las pantallas de los smartphones. Antes eran los golpes y ahora la situación más preocupante llega con el ciberbullying, el cual no se queda solo en el aula sino que perdura durante las 24 horas ... del día. Miles de niños sufren bullying a diario, un monstruo que tiene cara de niño y que con las 'nuevas tecnologías' acrecenta el drama por el poder del anonimato.

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En España, el teléfono contra el acoso escolar del Ministerio de Educación atendió más de 12.700 llamadas entre noviembre de 2017 y octubre de 2018. El 85% de los niños no cuentan sus problemas ni a sus padres ni a sus profesores. Un drama,en ocasiones silencioso, que afecta a jóvenes de todo el mundo y que la tecnología puede ayudar a reducir, aislando a los acosadores y obligándoles a cambiar su inapropiada forma de actuar.

Seis colegios españoles de Madrid, Asturias y País Vasco están utilizando WatsomApp, una innovadora aplicación construida con la inteligenica artificial IBM Watson para ayudar a los profesores a mejorar la convivencia en las aulas. Cabe recordar que se trata de un problema en el que no es necesario recibir solo golpes físicos y en el que la formación de los docentes juega un papel importante a la hora de hacer frente a esta lacra social en la que en muchas ocasiones impera la ley del silencio.

Un equipo de psicólogos, pedagogos e informáticos de la empresa española KIOAI, ha desarrollado esta pionera aplicación antiacoso escolar que ya se está empleando con alumnos de entre 6 y 16 años. El programa combina juegos online y conversaciones con robots humanoides (QBO y Snow) para detectar conflictos en las aulas e identificar a alumnos que pueden estar siendo hostigados y a los posibles acosadores, así como a los líderes y a aquellos que están más aislados y pueden ser más vulnerables.

WatsomApp incluye un robot que interactúa con los alumnos en lenguaje natural y un juego online para profundizar en las dinámicas de cada clase

Un 9% de los alumnos de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) sufren acoso a través de medios digitales y un 3% son agresores habituales, según un estudio realizado por doctoras y enfermeras de la Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria (CAMFiC). «El fácil acceso a las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y el incremento de su uso por parte de los adolescentes han hecho que aumente este tipo de bullying que usa los medios digitales para hacer daño intencionadamente y de manera repetida, y que tiene una gran repercusión en la salud», según las autoras del estudio, Viviana Bazante, Ángeles Casaldàliga, Miriam Plan, Laura Domínguez y Patricia Gonzalez.

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Tolerancia y amistad

El año pasado, un centro escolar de Oviedo -el centro concertado Santa María del Naranco- fue el primero en utilizar WatsomApp. Actualmente, se está utilizando también en tres centros de la Comunidad de Madrid y otros dos del País Vasco. Además, KIOAI prevé la incorporación de un mayor número de colegios durante el presente año escolar.

«Esta idea surge a raíz de una noticia sobre un suicidio de un menor en Leganés (Madrid) por acoso escolar y me dije que tenía que hacer algo con mis conocimientos para intentar ayudar en que esto no volviera a ocurrir. Dentro de las opciones que nos daba la tecnología para atajar o minimizar este problema se encontraba la inteligencia artificial», explica en conversación telefónica Gustavo Beltrán, fundador de KIOAI y director executive en Whatsomapp. «Nuestra solución está basada en la prevencion e identificacion de los distintos perfiles que existen en un conflicto de acoso escolar, por ello decidimos basar nuestra solución en un sistema cognitivo con capacidad de análisis y aprendizaje que nos permite obtener patrones de comportamientos que serán claves en la prevención».

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«Con el consentimiento paterno, los colegios utilizan este sistema al principio y al final del trimestre, lo que les permite observar y comparar cómo evoluciona la convivencia en la clase y actuar con planes específicos si lo ven necesario. Con mejores datos tomarás mejores decisiones en la resolución del problema y podras adoptar acciones preventivas antes de que un conflicto esté en una fase peligrosa», afirma el experto. Beltrán asegura que el hecho de usar un robot facilita la interacción y la conversación de los niños, hace que se sientan más confiados y cómodos para sincerarse que si están ante una figura de autoridad como los maestros, los padres o los psicólogos.

«Esta herramienta es un gran apoyo para seguir potenciando esta convivencia positiva»

Ruth Sánchez, profesora del colegio nova hispalis

«Es un aliado para mantener buenas dinámicas de grupo dentro de la clase. Nuestro objetivo siempre es educar trabajando valores como el respeto o la amistad, y esta herramienta es un gran apoyo para seguir potenciando esta convivencia positiva entre los alumnos», ha comentado Ruth Sánchez, profesora del colegio Nova Hispalis.

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WatsomApp se compone de varios elementos: por un lado, un juego online que mezcla pruebas de habilidad con preguntas que ayudan a los niños a interiorizar valores como la tolerancia y la amistad. Por ejemplo: «¿Con quién de tu clase formarías un equipo para jugar a las cartas?». En esta parte de la aplicación se utiliza la tecnología Watson Natural Language Classifier (NLC) para la clasificación de palabras y textos.

«El robot es empático, no emite juicios de valor y facilita un ambiente de confianza en el que los niños y niñas se abren más»

Gustavo Beltrán (fundador de KIOAI)

Por otro lado, WatsomApp cuenta también con un chatbot que conversa con los niños. Y por último, están los robots Snow y Q.bo One que pueden reconocer imágenes y conversar con los alumnos, generando un entorno en el que estos se sientan más cómodos y abiertos a sincerarse. Una pregunta de Snow o Q.bo One podría ser: «En un mundo ideal, ¿crees que las personas se ayudarían o se enfadarían las unas con las otras?».

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«El robot es empático, no emite juicios de valor y facilita un ambiente de confianza en el que los niños y niñas se abren más», ha explicado Beltrán.

Vídeo. 'Snow' lucha contra el acoso escolar. R.C.

Utilizando la inteligencia artificial, tiene en cuenta tanto el lenguaje como el tono con que hablan los alumnos para identificar sus emociones. Posteriormente, genera un informe confidencial en el que se identifican potenciales problemas. No recoge información confidencial y todos los datos se almacenan en un sistema protegido con encriptación de principio a fin. Los profesores analizan el informe con el resto de especialistas de los colegios y ponen en marcha un plan específico si es necesario.

Tecnología al servicio de la protección al menor

En dar respuesta a este problema amplificado por la tecnología también se encuentra la aplicación española Guardio, que vuelve a poner a la inteligencia artificial al servicio de la protección al menor. Se trata de un sistema que analiza los mensajes en redes sociales para detectar situaciones de ciberacoso. El análisis del lenguaje natural y el aprendizaje automatizado permiten la detección temprana. El uso no tiene complicaciones y, una vez que las cuentas de las redes sociales y WhatsApp se enlazan, este sistema analiza automáticamente las conversaciones. «Los padres solo recibirían una alerta cuando el sistema detecta riesgo de acoso para respetar la privacidad del menor», aclara Pablo Elosúa, CEO y fundador de Guardio.

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¿Y cómo se hace esto? Los padres se registran en la aplicación mediante un código QR que enlaza las cuentas de los pequeños. En el caso de Instagram, se requiere contraseña.

Más de la mitad de los niños españoles ha sufrido algún tipo de violencia o humillación en el colegio, la mayoría burlas, rumores o golpes. Y casi uno de cada cuatro admite haber participado en algún acto de violencia o humillación hacia otros compañeros.

Save the Children

Según datos del III Estudio sobre acoso y ciberbullying, publicado por la asociación ANAR, un 24,7% de los casos de acoso escolar es ciberbullying, y en el 92,6% de los casos, el teléfono móvil es el principal dispositivo a través del cual los menores ejercen este tipo de acoso, ya sea mediante el envío de WhatsApp (76,0%) o a través de las redes sociales (48,0%). Por otro lado, el uso de ordenadores y tabletas para este tipo de actos es cada vez menos frecuente, utilizándose apenas en un 7,4% de situaciones. Unas cifras que dejan ver la importancia de un problema al que no debe restarse valor y que cuenta con una mayor visibilidad y concienciación que años atrás.

Según Irene Montiel, doctora en Psicología y profesora del grado de Criminología de la UOC, aún existen falsas creencias que restan importancia a sus consecuencias y que impiden un abordamiento rápido y eficaz del asunto. «El acoso por internet puede tener las mismas consecuencias psicológicas o incluso más graves que el físico. Los testigos o los agresores pueden llegar a ser miles. Un tuit o un comentario en Facebook que se repite por cientos de usuarios multiplica el número de agresores y las probabilidades de causar un daño a la víctima. Además, el ciberbullying también aumenta la sensación de indefensión e imposibilidad de escapar de la víctima, que está 24 horas al día expuesta a los ataques en línea», explica la experta, que profundiza en que el ataque en internet puede perpetuarse en el tiempo y reaparecer en cualquier momento.

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«El acoso por internet puede tener las mismas consecuencias psicológicas o incluso más graves que el físico»

Irene Montiel, profesora de la uoc

La ventaja con la que cuentan los ciberacosadores es la protección que tienen detrás de una pantalla o dispositivo móvil. Aprovechan el espacio virtual que favorece el anonimato y que les da mayor libertad para incomodar a las personas a través de la creación de rumores que afecten a la imagen de la víctima, o amenazando y chantajeando con compartir imágenes o vídeos comprometedores. Estas situaciones afectan a la autoestima de cualquier persona y aún más si se trata de un niño o niña que está en pleno desarrollo personal, llegando a causar depresión, ansiedad, trastornos en la personalidad y resentimiento, por lo que es muy importante tratar de detectarlo.

Existe un teléfono las 24 horas del día contra el acoso escolar: el 900 018 018. Es gratuito, no deja rastro en la factura y está atendido por profesionales.

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