OpenAI lanza definitivamente Sora, su IA para vídeos, pero no llegará a España

Asombró en su debut reviviendo mamuts y creando vídeos con tan solo una palabra, pero los meses de retraso hicieron que la expectación se diluyera con el paso de los meses. Sora, así se llama la herramienta de OpenAI para generar vídeos a partir de un texto, ha acumulado un retraso de casi un año hasta que en la madrugada de este martes ha visto por fin la luz pero no en todo el planeta.

El nuevo juguete de Sam Altman, fundador de OpenAI, ya está disponible en más de 150 países a través de la página web aunque los ciudadanos europeos que quieran crear sus vídeos no lo podrán hacer por el momento. Esta decisión se debe «a las normativas de contenido local vigentes en ciertas regiones, que exigen medidas adicionales de cumplimiento», informan desde OpenAI en un comunicado. Asimismo, afirman que están «trabajando activamente en estas cuestiones» y que proporcionarán «actualizaciones sobre su disponibilidad» en cuanto las tengan.

A pesar de este pequeño inconveniente, «la demanda está siendo altísima», afirmó Saltman en su cuenta de X, antes Twitter. El hype, como se dice en redes, con Sora ha vuelto y los vídeos creados por inteligencia artificial inundan las redes. Así se puede ver un Golden Retriever surfeando olas en Pacific Beach o caballitos de mar de espuma en una bañera. «Una de las cosas más emocionantes para mí sobre este producto es lo fácil que es co-crear con otros; ¡parece algo nuevo e interesante!», celebró el director ejecutivo de OpenAI.

Sin embargo, no todos los usuarios celebran el lanzamiento de la herramienta. Las sospechas de la violación de los derechos de autor sigue sobre la mesa tras la falta de transparencia sobre el entrenamiento de la aplicación. Desde 2021, OpenAI tiene una alianza con Shutterstock, una amplia biblioteca de imágenes, vídeos y música. No obstante, las dudas de los creadores de contenido van más allá.

Esta madrugada un youtuber estadounidense pidió a Sora crear un vídeo de una prueba de móviles. El resultado que arrojó la IA de Sam Altman fue un joven blanco que enseña un smartphone, pero en el decorado que acompaña al protagonista es muy similar al suyo usado en la realidad. Varias investigaciones publicadas en Reddit, un agregador de contenidos alimentados por la comunidad, apuntan a que el modelo podría acceder a otros contenidos como fotografías compartidas en Reddit, vídeos de Youtube o videojuegos sin el consentimiento de los artistas.

Hace dos semanas, un grupo de 20 artistas firmó un comunicado tras haber participado en un grupo de testeo de Sora. «Creemos que nos están engañando para que hagamos un 'lavado de cara al arte' y le digamos al mundo que 'Sora' es una herramienta útil para los artistas», afirmaban.

Bajo la polémica, esta tecnología «promete revolucionar la creación de contenido audiovisual, permite a los usuarios convertir sus ideas en vídeos realistas con solo describir lo que desean ver», defiende OpenAI.

No obstante, la propuesta del equipo de ingenieros de Altman no es la única en el mercado. Dall-E de Microsoft también es capaz de generar imágenes. Sora, eso sí, se ha especializado en clips de vídeo de una duración máxima de 20 segundos para tratar de impedir los temidos deepfakes o vídeos de imágenes falsas para manipular la realidad.

Esta es una de las medidas adoptadas por la firma estadounidense para impedir estos casos. La herramienta, por ejemplo, no permite crear vídeos con imágenes de niños o contenido sexual. Aunque la herramienta será capaz de tomar una foto como referencia para un personaje en una secuencia de vídeo. Además, los vídeos también incorporan un identificador que permitirá saber que han sido generados por una inteligencia artificial.

La herramienta, solo disponible por suscripción a ChatGPT Plus (20 euros al mes) o ChatGPT Pro (200 euros año), es capaz de crear escenas dinámicas con transiciones fluidas, una capacidad que, hasta ahora, había sido uno de los grandes desafíos de la inteligencia artificial generativa.

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