efe
Roma
Miércoles, 24 de octubre 2018, 16:03
La Autoridad italiana Garante de la competencia (AGCM) ha impuesto sendas multas de diez y cinco millones de euros, respectivamente, a Apple y Samsung por prácticas comerciales injustas. Esta sanción está motivada por la llamada la obsolescencia programada de los aparatos electrónicos y es ... la primera que se impone en el mundo por esta causa.
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El organismo italiano ha explicado este miércoles que tras dos complejas investigaciones se ha determinado que ambas compañías «han llevado a cabo prácticas comerciales injustas por obligar a los consumidores a descargar algunas actualizaciones en sus teléfonos móviles que causaron graves disfunciones y redujeron significativamente su funcionamiento, acelerando así su sustitución por productos más recientes».
La AGCM determina que dos gigantes de la telefonía violaron así los artículos 20, 21, 22 y 24 del Código de los Consumidores «al proponer insistentemente la descarga de actualizaciones de software que sus aparatos no podían soportar correctamente, sin informarles adecuadamente ni proporcionarles una forma efectiva de recuperar la plena funcionalidad de sus aparatos«, ha agregado en un comunicado.
A Apple se le impone una sanción más elevada porque, además, no informó correctamente a los usuarios de la duración de las baterías de litio de sus teléfonos y ciertos factores que contribuyen a su deterioro.
Se detalla que desde septiembre de 2016, Apple sugirió de forma insistente a sus consumidores que habían comprado un iPhone 6 que instalaran el nuevo sistema operativo iOS 10, optimizado para su siguiente modelo, el iPhone 7, sin informarles de la alta demanda de energía y de posibles inconvenientes como apagados súbitos.
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La compañía estadounidense sacó una nueva actualización sin avisar de que su instalación podía reducir la velocidad de ejecución y la funcionalidad de los aparatos. Además no ofreció ninguna medida específica para solucionar esos problemas.
A Samsung se le acusa de realizar la práctica ilegal desde mayo de 2016, al impulsar a los usuarios de modelos Note 4 a instalar un nuevo firmware concebido para los modelos Note 7, sin informar de sus consecuencias.
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Las dos empresas «han sido sancionadas con la máxima multa debido a su tamaño y la gravedad de sus conductas: Samsung con cinco millones de euros y Apple con diez millones de euros», ha justificado el organismo da la competencia.
Apple está siendo investigada por los tribunales franceses en relación a los delitos de «fraude» y «ralentización programada» debido a la manipulación de las baterías en sus iPhone más antiguos.
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