José Antonio González
Miércoles, 12 de diciembre 2018
Likes en Instagram, estrellas en las tiendas virtuales, escuchas de podcasts, retuits en Twitter. Estas son acciones cotidianas que los internautas realizan a diario y que son muy importantes para compañías y, especialmente, para influencers.
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Un negocio legal, pero para muchos expertos «inmoral». Detrás ... de estos 'me gusta' no están personas, sino cientos de smartphones conectados. Likes en Instagram, estrellas en las tiendas virtuales, escuchas de podcasts, retuits en Twitter.
El pasado año, la policía tailandesa 'desarticuló' una de las granjas más activas en el país. 476 móviles y casi 350.000 tarjetas SIM. Un equipo tecnológico controlado por tres personas y dedicada a incrementar la cantidad de los me gusta y las visitas en determinados perfiles de Wechat, la aplicación multifunción que impera en el país presidido por Xi Jinping.
Esta actividad nació en 2015 con anuncios que ofrecían manipular calificaciones en la App Store de Apple. Tres años después, el poderío de las granjas de clics está disponible en China, pero el monopolio ha ido avanzando y ahora Indonesia, Malasia, Tailandia y Brasil, se están repartiendo parte del pastel.
Las granjas son pequeños lugares tecnológicos dedicados a inflar el número de reacciones en perfiles sociales y otros espacios de internet. Métodos poco comunes basados en la creación de perfiles falsos para impulsar determinados perfiles y publicaciones en la red. Estos operarios, están dedicados exclusivamente a disparar las cifras de me gusta y seguidores en las redes sociales.
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Acceder a este tipo de negocio es sencillo y puede llegar a ser barato dependiendo del plan que se contrate, porque por 15 dólares se pueden conseguir 2.500 me gusta en una publicación de Instagram. Este tipo de granjas utilizan en su mayoría smartphones de gama baja o media y su ganancia varía entre 2.000 y 4.500 dólares.
Un negocio que se mueve entre lo ilegal y lo inmoral, porque las normativas de estos países no restringen este tipo de actividades. Sin embargo, quien se ha puesto manos a la obra para acabar con estas acciones y no empañen su negocio son empresas como Google, Amazon o Apple. Los gigantes de Silicon Valley están trabajando para evitar que perfiles falsos desvirtúen los rankings y clasificaciones de sus sitios web.
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