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Varios adolescentes chatean con sus teléfonos móviles. Iosu Onandia
El 93% de los adolescentes cree que debe cambiar sus hábitos de uso de las pantallas

El 93% de los adolescentes cree que debe cambiar sus hábitos de uso de las pantallas

Casi la mitad de los adolescentes dice haber recibido mensajes de desconocidos y un 13%, insultos, acoso y amenazas en el ámbito digital

Iker Cortés

Madrid

Lunes, 9 de diciembre 2024, 17:51

Nueve de cada diez adolescentes considera que debería cambiar algunos de sus hábitos a la hora de usar las pantallas para hacer una utilización más saludable de las tecnologías. Es una de las conclusiones a las que ha llegado el informe 'Infancia y adolescencia en entornos digitales', un estudio realizado por la Fundación Orange y Save the Children en colaboración con GAD3, con la intención de comprender las oportunidades, riesgos y desafíos a los que se enfrenta la infancia y la adolescencia en esta era digital.

Elaborado entre el 12 y el 18 de noviembre de este mismo año en cuatro fases, el informe incluye las perspectivas extraídas de las conversaciones con diecisiete expertos de diferentes campos y de más de 2.500 entrevistas a padres y madres de hijos con edades comprendidas entre los 8 y los 17 años, más de 500 adolescentes con edades entre los 14 y los 17 años, alrededor de 200 profesores y población general.

Fue Narciso Michavila, presidente de la consultora, el encargado de desgranar los resultados más destacados de un estudio que señala que al menos el 93% de los adolescentes considera que debería cambiar algunos de sus hábitos en el uso de las tecnologías. La medida en este caso más destacada por los chavales es reducir el tiempo de conexión (el 54%), seguida de dedicar más tiempo al deporte (39%) y no dormir cerca de un dispositivo digital para evitar la tentación de echar un vistazo durante la noche (34%). «Vivimos en una sociedad cada vez más segura, sin embargo cada vez protegemos más a nuestros menores. No les dejamos salir y socializar y cada vez dependen más del uso de las pantallas», analizaba Michavila.

Curiosamente, la encuesta desmonta el mito de que son los adolescentes los que más uso hacen de las pantallas. «Los adultos están haciendo mayor uso de las pantallas que los jóvenes y si esos adultos no tienen hijos, todavía más», explicaba. Así los adolescentes permanecen delante de los dispositivos 4,2 horas diarias, frente a las 4,3 horas que pasan sus padres y hasta las 4,7 horas que pasan delante de los dispositivos los adultos sin hijos, algo que casi la mitad de los adolescentes encuestados perciben.

En cuanto a que dedican los más jovenes su tiempo digital, chatear con sus amigos es su actividad principal para el 90% de los encuestados, un porcentaje similar asegura además que con las pantallas realizan, al menos, una actividad relacionada con el ocio o el entretenimiento como ver vídeos, series o jugar online.

Riesgos digitales

El estudio también cuestiona a los jóvenes acerca de los riesgos digitales. El 81% de los adolecentes encuestados dicen estar concienciados con los riesgos del entorno digital y entienden que la protección de la privacidad es muy importante, sin embargo menos de la mitad (49%) sabe cómo proteger su información personal en internet o redes sociales y solo un 46% está preocupado por la huella digital que dejan sus actividades en internet. Según el estudio, casi la mitad de los adolescentes encuestados ha recibido mensajes de desconocidos; el 13% ha recibido insultos, acoso o amenazas en el ámbito digital; y el 28% de los profesores ha presenciado situaciones de este tipo. Ante estas circunstancias, la reacción más habitual entre los adolescentes, casi la mitad, es «bloquear a la persona o la cuenta responsable». No lo denuncian a la policía, apenas piden ayuda a los profesores, tampoco lo hablan con sus amigos y solo uno de cada cuatro recurren a sus padres.

Además, el 16% cree que sus progenitores comparten mucha o bastante información sobre ellos en redes sociales y, ante esta situación, uno de cada cuatro se siente incómodo o muy incómodo. El informe muestra que el 54% de los padres y madres realiza esta práctica y el 39% lo hace siendo consciente de los peligros que conlleva. En lo que se refiere al control parental, el 61% de los progenitores dice apoyarse en herramientas para supervisar las acciones de los más pequeños y un 68% de los padres considera que su derecho a revisar los dispositivos es más relevante que el derecho a la intimidad de los menores. En cualquier caso, el 60% de los adolescentes dice que sabe cómo saltarse estas barreras.

Medios para proteger a los menores

Con respecto a los medios para proteger a los menores, lo que destaca en el informe es la necesidad de establecer una edad mínima de acceso. Decía Michavila que lo que está sucediendo en el ámbito digital le recordaba a lo que ocurría hace un siglo cuando los ciudadanos empezaron a conducir vehículos de motor y no había ni leyes ni códigos específicos. «Ahora estamos empezando a pintar las líneas en el suelo, pero hay que evitar caer en el error de prohibirlo todo porque si no socializas a ese adolescente, se encontrará que con 18 años tendrá de pronto acceso a un mundo más inabarcable que el mundo real. Es fundamental que se pueda ir formando en el uso de forma paulatina».

El director general de Save the Children, Andrés Conde, fue el encargado de desgranar algunas de las recomendaciones que propone el estudio para que los niños y adolescentes sepan manejarse en un espacio donde, dijo, «se desarrolla un tercio de la vida de nuestros hijos». Conde habló de la brecha en el diálogo intergeneracional entre padres e hijos sobre estos temas, «un diálogo inexistente. Los padres y las madres podemos hacerlo mucho mejor», aseguró y apostó por «mirarnos a nosotros mismos y ver si estamos siendo un ejemplo positivo» y puso como ejemplo el «comportamiento completamente adictivo» que los adultos tienen en torno a los dispositivos con tantas horas de uso diarias.

Entre las recomendaciones que lanzó, destacó la necesidad de evitar el uso de las pantallas y de los móviles 'como chupete o niñera digital', definir un horario para el uso de las pantallas y monitorizar que se cumpla, establecer zonas en el hogar libres de esos dispositivos, fijar controles parentales o formarse en la protección de datos personales.

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