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Fortalecer la viña a través del cuidado del suelo para poder combatir mejor los hongos y las plagas desde un trabajo respetuoso con el medio ambiente. La biodinámica se ha convertido en una práctica al alza entre los viticultores de Castilla y León que apuestan por huir de la química para, a través de los recursos naturales, permitir que las cepas representen las especiales características de la tierra donde se encuentran, pecularidad que luego estará presente en la elaboración de los vinos.
La teoría llevada a la práctica se traduce en un tipo de agricultura que se caracteriza por emplear los recursos propios de la naturaleza de manera responsable, evitando cualquier sustancia química, fertilizantes, pesticidas o compuestos tóxicos y artificiales. La práctica agrícola tiene más de un siglo de vida y, tras pasar algunas décadas en el olvido, ha sido recuperada para diversos usos, pero en especial en todo lo referido a la viña y el vino. «La agricultura biodinámica tiene que ir de la mano siempre de la rentabilidad, de la productividad y la ecología, aspectos que no tienen que estar reñidos», detalla Raquel Guembe, viticultora experta en biodinámica. En esta línea, resalta la importancia de poner en valor la tierra a la hora de desarrollar un producto final diferenciado y de calidad. «Elaborar un vino es embotellar un paisaje y qué mejor que hacerlo respetando la tierra, cuidando el suelo, respetando la planta y consiguiendo una uva de calidad para ofrecerla», insiste.
Guembe destaca el crecimiento exponencial que vive la biodinámica en el ámbito de la viticultura, basado también en la demostración de una mejor supervivencia a los hongos y las plagas que amenazan a la vid cada cosecha. Al respecto, incide en que la clave más importante es «entender que la tierra y el suelo es un ser vivo que tenemos que cuidarlo y dar las condiciones para que haya vida». En cualquier caso, puntualiza que se propicia «un suelo estructura y esponjoso, una planta con vida, con sistema inmune más fuerte, con la que se podrá combatir mejor esos hongos y esas plagas». Guembe ha digido el I Congreso de Biodinámica que reúne, durante dos días, en Aranda de Duero (Burgos) a más de 120 profesionales de la región. Una cita enmarcada en el proyecto ‘Burgos es Vino’, organizado por la Dipuación Provincial. Expertos llegados desde diversos puntos de Europa y España han puesto sobre la mesa las peculiaridades de la práctica de la biodinámica, su impacto en la sostenibilidad y la evolución del viñedo en armonía con el entorno.
En el Congreso se ha conocido sobre el terreno el trabajo biodinámico de la Finca Torremilanos, con 200 hectáreas de viñedo en la Ribera del Duero. «Cultivamos los viñedos sin herbicidas ni insecticidas y siguiendo los criterios de la agricultura biodinámica, practicando agricultura 100% ecológica», detalla el responsable del viñedo, Ricardo Peñalba.
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