UCCL valora el año como «especialmente duro» para el sector agrario

González-Palacín desgranó algunos de los retos que la organización plantea para 2024 y realizó un balance de 2023, un «año especialmente duro», principalmente por la «sequía», que en algunas zonas de Castilla y León «se suma a la de 2022, con dos años extremos», con una producción de un 40 por ciento menos que la media del último decenio, en un año en que los costes «se han disparados», con pérdidas que rondan los 2.000 millones de euros en la Comunidad. A su juicio, el precio de los cereales cayeron en torno a un 30 por ciento, con «costes altos», con una situación «complicada que se avecina para 2024». «Si no conseguimos buena cosecha y que repunten los precios, tenemos al sector agrario contra las cuerdas», advirtió.

Al respecto, expuso que la Consejería de Agricultura y Ganadería «ha sido especialmente cicatera» en las ayudas para aliviar las pérdidas por la sequía, que estaban «mal diseñadas», y cargó contra el departamento agrario por «tomar como referencia el seguro agrario, porque está mal diseñado, no es rentable en algunas zonas y no cubre ni los costes de producción». «Es absurdo e injusto», se despachó, para ampliar las críticas al Ministerio del ramo, que «parece que la tiene cogida con Castilla y León y dejó fuera a una gran parte de la Comunidad, con lo que ha reducido las ayudas a la mitad», recoge Ical.

Costes de producción

El presidente de UCCL Ávila, Francisco Robledo, fue el encargado de abordar la situación de los costes de producción, los «más altos en toda la historia, en agricultura y ganadería», dado que los profesionales han pagado el triple en el precio de los abonos, al pasar de una horquilla de entre 200 y 240 euros a 600-800 euros por tonelada. Con el gasóleo agrícola, sostuvo, el precio ha estado por encima de 1,6 euros el litro, «una gran cantidad de dinero exagerada». Alertó, igualmente, de la subida del coste de los repuestos y la maquinaria, «en niveles imposibles para aventurarse a adquirirla nueva porque sería la ruina total».

También dirigió su mirada hacia la energía y el gas en explotaciones ganaderas, especialmente en las de pavos y pollos, «con muchas naves vacías por la incapacidad de seguir produciendo». Lo mismo ocurre con los forrajes, que «han subido precios», pero donde el agricultor «no ha tenido beneficio porque la producción ha sido mínima y ha tenido inputs altos». «Con estos costes, el próximo año pueden cerrar muchas explotaciones», advirtió.

La nueva PAC

Sobre la nueva PAC, el coordinador de UCCL Valladolid, Valentín García, aseguró estar «expectante» ante las futuras elecciones europeas de 2024, en las que, confió, «surja un cambio de rumbo». «Hemos cogido una tendencia en esta última reforma que lleva a la desesperación al sector. Se han incrementado los requisitos medioambientales, normas fuera de toda lógica. No se concibe legislar para todas las regiones por igual en Europa», explicó, para añadir que los ecorregímenes «no se pueden flexibilizar» y apeló a que se permita labrar antes del 1 de septiembre, aunque fuera con labores verticales.

Además, aseveró que «no tiene nada que ver el momento de cuando se negocio esta PAC en 2016-2017 con la situación de guerras actuales, cuestiones que se deben poner sobre la mesa». Por ello, insistió en la necesidad de un nuevo Parlamento en Bruselas que «considere a la agricultura y ganadera como sector estratégico, superprotegido, para no acabar con los agricultores y ganaderos en poco tiempo».

Ganadería afectada: la EHE

En el marco de la ganadería, González-Palacín calificó este año que termina de «duro» para el sector, principalmente por la aparición de la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE), a la que «al principio no se daba importancia por la Junta y después fue un tsunami que se ha llevado muchas cabezas de ganado», más de 10.000 solo en la provincia de Salamanca, según los datos de la formación agraria.

Además de las pérdidas, aquellas vacas que han superado la enfermedad «tienen secuelas», como abortos e infertilidades, y recordó que «cuando la enfermedad ya evolucionaba de forma acelerada, en agosto, no se tomaron medidas, no se hicieron recomendaciones». Apuntó que las 3.500 explotaciones que han declarado la EHE son la «punta del iceberg», dado que «otros ganaderos no han comunicado nada por miedo a que les bloqueen la explotación, les impidan mover su ganado, porque no ha habido un protocolo claro y las ayudas llegan a pocas explotaciones». En este sentido, confió en que las líneas de ayuda «sigan abiertas».

El responsable de UCCL comentó que la experiencia dice que la «única herramienta es la vacuna», algo que ahora también pide el consejero, Gerardo Dueñas. «Nos alegramos, pero le toca al Ministerio desarrollarla con los laboratorios y que el año próximo la tengamos», dijo, porque «muchas explotaciones se han gastado entre 5.000 y 10.000 euros y es un gasto inasumible para ellas». «Si la sanidad animal siempre es problemática, este año ha sido un desastre», comentó González-Palacín, quien aseguró que existe vacuna para la EHE, pero no para la variedad que se ha observado en Castilla y León. En todo caso, expresó que con la lengua azul «apareció una vacuna en seis meses porque era obligatoria». «No queremos que lo sea ahora, pero sí queremos voluntad política», anotó.

Más allá de los problemas de sanidad animal, relató que el sector lácteo sigue «en caída libre», a un ritmo de pérdida de explotaciones y producción del cinco por ciento anual, un escenario que «debería hacer saltar las alarmas». «Antes perdíamos ganaderos, pero no producción; ahora otros países copan el mercado de España y estamos desmantelando un sector productivo», cargó contra las administraciones.

En paralelo, en ovino de leche baja la cifra de ganaderos y producción por segundo año consecutivo, donde «nadie pone medidas eficaces».

Retos y propuestas 2024

González-Palacín centró sus retos y propuestas para 2024 en tres pilares «básicos». En primer lugar, la modificación de la PAC, dado que en marzo la Comisión Europea abre una «ventana de oportunidad» que «no se debe dejar pasar para esta modificación», si bien abrió la puerta a que la Administración regional pueda determinar la aplicación de algunas medidas de forma autónoma. «Nos hemos pasado 20 pueblos con los requisitos medioambientales de esta PAC, que son absurdos, y debemos intentar casar el cuidado del medio ambiente, que nadie está en su contra, pero que no suponga merma competitividad y productividad», espetó. Al respecto, consideró que esto es «compatible con la ciencia y la tecnología para reducir la contaminación, pero sin reducir la competitividad». Por ello, instó a Europa a «hacer una apuesta fuerte en este sentido». De ahí, dijo, el documento consensuado de Comunidad firmado la semana pasada entre las opas y la Consejería.

El segundo eje que focalizó UCCL es el rediseño de los seguros agrarios, principalmente tras la «sequía extrema» de estos dos últimos ejercicios. «Sus rendimientos no cubren los costes y tienen tarifas excesivas. Debemos negociar con Agroseguro unas condiciones para que el seguro sea atractivo y se generalice», comentó, para sostener que «no se puede obligar a la gente a firmarlo, y menos cuando está mal diseñado». Para ello, continuó, es necesaria «acción política, más financiación y un control efectivo del seguro», y rechazó «asumir que sea un negocio para las compañías en contra de los profesionales». «Es una prioridad absoluta para 2024», vaticinó.

Por último, se refirió a la cadena alimentaria y ha seguir publicando costes de producción, como el «pasito tímido» que se ha dado este año con los costes de leche de vaca. Por ello, urgió a que se haga también en otros sectores, como patata y leche de ovino. «Es una opción potente para negociar contratos. Es una recomendación en nuestras manos para negociar en igualdad de condiciones y equilibrar ese poder negociador», comentó.