UCCL reclama el cumplimiento de la Ley de la Cadena para no comprometer la soberanía alimentaria

En este sentido, además de los precios denunció que desde verano se han elevado exponencialmente los precios de los piensos un 90%, un 400% el de la electricidad, un 129 el de gasóleo y un 100% el de los plásticos. Todo ello, encarecido por la invasión rusa de Ucrania.

Producir un litro de leche cuesta un 30% más

El coordinador de la organización, Jesús Manuel González Palacín, criticó que producir un litro de leche de ovino, por ejemplo, cuesta un 30% más ahora que en verano, y de vacuno, un 25%. «Esta situación lleva a un abandono de forma estrepitosa. Cada vez menos ganaderos, perdemos tejido productivo y los que quedan cuentan los días para dejarlo», advirtió.

De hecho, entre febrero de 2021 y de 2022, Castilla y León ha perdido un 10 por ciento de activos de ovino de leche, al pasar de 1.895 a 1.700; y en vacuno lo ha hecho un seis por ciento, de 917 a 855, aunque la cifra a 31 de marzo ha caído hasta los 818. A juicio de González Palacín, la Comunidad sufre una bajada «más acusada o dramática» que España porque tiene «base territorial, ya que el ganadero abandona «pero se queda con la parte agrícola, que hoy por hoy es rentable», lo cual, por otro lado, «agudiza» los cierres de explotaciones. En España, la variación interanual cayó de 12.018 a 11.296 explotaciones.

Costes de producción oficiales

Incidió en que el sector primario engloba más del 20% PIB de la Comunidad, ya que en él se asienta la industria agroalimentaria y todos los empleos indirectos y servicios a su alrededor. En este sentido, urgió poner en marcha la Ley de Cadena Alimentaria, «con costes de producción oficiales», e invitó al nuevo consejero de Agricultura, Gerardo Dueñas, «a ponerse las pilas» y elaborar y revisar los costes «al menos cada 15 días», porque de lo contrario, advirtió, «el resultado será la pérdida de población activa, de tejido y producción».

«Se necesita un punto de partida de precios para negociar con sectores en jaque», comentó el líder sindical, quien apeló a la industria a «no apretar tanto porque más del 50% de activos tienen más de 50 años». «Si no pagan un precio digno se van a quedar sin ganaderos. Es poco inteligente no hacerlo y no apuntalar un sector muy envejecido, para evitar lanzar un mensaje a los jóvenes de que no es viable, porque la industria se quedará sol», incidió. Por último, pidió a los partidos que aparten sus «temas partidistas del interés general» y, aunque aplaudió las ayudas públicas «para paliar la crisis», consideró que «la salvación del sector debe residir vía precios, y pasa por la valentía política».

Peor que en 2001

Por su parte, Adoración Martín, lamentó que se cierran cinco granjas al mes en Castilla y León, en una tendencia que «deshace tejido productivo en el medio rural, destruye empleos y riqueza», recoge Ical. Recordó que a pesar de subir el precio de la leche en 14 céntimos el litro en los lineales, al productor solo le ha repercutido en seis, y los otros ocho han engrosado el balance de ganancias de industria y distribución: «Esos ocho céntimos hubieran sido el colchón para salvaguardar a las explotaciones, pero no llega donde tiene que llegar».

Martín expuso que la guerra de Ucrania, además, ha elevado un 30% más los costes, con lo que ahora a día de hoy producir un litro de leche cuesta 0,46 euros por litro, cuatro céntimos más de la producción (entre 0,42 y 0,44). «Esta diferencia de tres o cuatro céntimos son las pérdidas por litro», comentó. Además, advirtió de que muchos ganaderos «han tirado ya de ahorros y aguantan el tirón porque el margen de endeudamiento que tienen es muy grande; si quieren cerrar lo harían incluso sin acabar de pagar la deuda con el banco».

«La política de la industria y la distribución es tan atroz que no permite que al ganadero le quede margen para su actividad. Tienen competencia entre ellos, banalizan la leche como producto reclamo e impiden que tenga un precio que le repercuta en el ganadero», denunció Martín, quien explicó que en sus 39 años como ganadera nunca había pagado más por un kilo de pienso que lo que recibe por un litro de leche.

Aparte, reprochó a la clase política que la nueva Ley de Cadena Alimentaria, sobre la mesa desde 2013, «nunca se ha hecho cumplir y debería corregir desequilibrios, porque están abusando del sector productor», ya que a los ganaderos «se les obliga a firmar contratos por debajo de coste; y si no se firma, la industria no recoge la leche». Martín presentó en la rueda de prensa dos facturas reales de su propio negocio: una de septiembre de 2001, cuando percibía 56 pesetas por litro; y otra de marzo de 2022, de 60 pesetas, pero con los costes disparados y actualizados al año en curso. «Cuatro pesetas en 21 años. Así no hay quien trabaje, es imposible. Si la granja se cierra no se vuelve a abrir», sostuvo.

Ovino

Por su parte, José Antonio Martínez Castelo, responsable de ovino de UCCL, tildó la situación de «catastrófica» y sostuvo que desde 2010 el número de explotaciones ha pasado de 3.400 en la Comunidad a 1.708. «Los políticos no se dan cuenta de que en 2025 bajaremos de los mil», advirtió.

Recordó que desde el mes de junio de 2021 los ganaderos han soportado «todos los inputs a sus espaldas y cuando llegue septiembre, que bajan los ingresos pero hay que seguir pagando, se verá que esto va cuesta abajo y sin frenos». A día de hoy, avanzó que los contratos «están sin firmar porque no ha habido acuerdo». Mientras la industria ofrece y paga 13,5 euros por extracto quesero, el sector productor exige al menos 15 para «salvar costes».

«Si según la ley no podemos cobrar por debajo de costes, para eso están los políticos, para poner precios. Es bonito ser político y salir en la televisión, pero hay que sentarse todos y pactar, porque el ganadero pone el trabajo y quien más gana es la distribución. Y nadie sabe lo sacrificado que es levantarse todos y cada uno de los días del año. Me gustaría que algún político viniera detrás de mi todo el año, sábados y domingos, y que viera lo duro que es esto y lo que cobro al final de mes», sentenció Martínez Castelo, quien vaticinó que «si nadie pone remedio, esto se acabará, y es una pena que la primera productora en España en ovino esté recibiendo este trato». «Queremos vivir de lo nuestro, no empobrecernos de lo nuestro», concluyó.