La superficie de girasol disminuye casi un 15% en las dos últimas campañas

El girasol es un cultivo que encaja en la rotación del agricultor, tal y como indica Joaquín Ortiz, del Servicio Agronómico de Acor. «Tiene mayor consideración en regadío; hay muchos agricultores que confían en el girasol en vez de dejar la tierra en barbecho, pero sigue siendo más secundario; de hecho, se recurre al cultivo cuando no se ha podido sembrar a tiempo un cereal o si hay que resembrar porque ha nacido mal, por eso se suele dar esa oscilación el número de hectáreas».

El precio también se puede considerar como un «aliciente», aunque es poco probable que el que se fije este año alcance lo que se pagó la campaña anterior. «A lo mejor ahora está más alto porque no hay en el mercado y puede que las cosechas de Andalucía, que son las primeras, tengan un precio más alto que nosotros, a los que nos va a condicionar mucho la cantidad de pipa que haya en países como Ucrania o Rumanía».

Pipa en el mercado

En el caso de Acor, este cultivo tiene un precio mínimo garantizado de 390 euros para el clásico y 395 euros para el alto oleico, que se verá incrementado en función de la situación de mercado. En ese sentido, Ortiz hace la siguiente valoración: «Aunque el precio sea alto, no será todo lo alto de ahora mismo, pues hay más superficie en los países de la costa del Mar Negro y habrá pipa en el mercado», por lo que calcula que puede estar por encima de los 400 euros.

En cuanto al desarrollo del cultivo, subraya que «este año se han hecho más siembras en mayo que en abril, mucha gente tiende a adelantarlas de manera correcta, pero las condiciones meteorológicas no lo han permitido». En función de esos días de diferencia, «hay girasol del que se ha sembrado en mayo que está naciendo ahora, las precipitaciones no han sido regulares y está terminando de nacer en el secano», añade el experto.

Por otra parte, «las nascencias, en líneas generales son positivas; como todos los años, prolifera el gusano gris y cada vez suelen darse más daños de pájaros».

Para la cosecha queda un verano por delante y no será hasta el mes de septiembre cuando el cultivo esté en las condiciones óptimas de siega. «Espero que las tormentas no hagan daño a la planta, la lluvia beneficia al cultivo, sobre todo en el secano».

Si se atiende a la distribución provincial de la superficie de girasol, la provincia de Burgos es la que más cultiva, este año con la siembra de 55.715 hectáreas, 10.469 menos que la campaña anterior.

La provincia de Valladolid es la segunda en plantación de girasol y cuenta con otras 41.467 hectáreas, prácticamente las mismas que la campaña de 2020: 41.625. La provincia en la que menos extendido está este cultivo es Soria, que contabiliza este año 2.878 hectáreas frente a las 3.723 de hace un año.

En 2019 la superficie de girasol se elevó en la región hasta las 296.110 hectáreas, y en 2020 alcanzó las 269.299.