Las solicitudes de la PAC caen el 28% en diez años en Castilla y León

En la campaña PAC 2022 el número de solicitantes descendió hasta 67.709, un 2,3% menos que las presentadas el anterior. Castilla y León fue la segunda región, después de Andalucía, que más ayudas directas recibió.

El pasado 1 de enero, entró en vigor la nueva normativa de esta política comunitaria de la que Asaja recuerda que el beneficiario de las ayudas es el agricultor activo, «aunque los requisitos sobre seguridad social y renta agraria solo se exigen al que cobra más de 5.000 € de ayudas, el resto no están sometidos a su cumplimiento».

El hasta ahora pago básico se transforma en ayuda básica a la renta con el complemento del pago redistributivo a las pequeñas explotaciones. Las 50 regiones actuales pasan a agruparse en 20 y la convergencia del valor de los derechos se acelera para que en 2026 la mayor parte de los derechos tengan el valor medio de su región y todos como mínimo el 85% de ese valor. Se reducen las ayudas entre 60.000 y 100.000 euros, quedando topada a este último valor.

Aclaran desde la organización que el pago redistributivo será del 20% del valor medio regional hasta un primer umbral y del 40 % hasta un segundo límite. A partir de este último umbral de hectáreas no se concederá el pago redistributivo, lo que supone que por encima de un tercer nivel las explotaciones pierden fondos.

Condicionalidad reforzada

La condicionalidad reforzada para el cobro de las ayudas son requisitos medioambientales, climáticos y sociales de carácter obligatorio. Son 11 Requisitos Legales de Gestión (RLG) y 10 Buenas Condiciones Agrícolas y Medioambientales (BCAM) que incluyen aspectos de la condicionalidad actual, se añaden algunos aspectos novedosos, se incorporan normas anteriormente incluidas en el pago verde o greening, en algunos casos, con exigencias mayores que las del periodo previo, y que ya no se compensan a mayores.

Lo más novedoso son los Eco-regímenes, a los que se les reserva el 23% del presupuesto total. Son prácticas que remunerarán a las explotaciones que lleven a cabo prácticas agrícolas o ganaderas beneficiosas para el clima y el medio ambiente mediante compromisos anuales voluntarios. La propuesta de Eco-regímenes son unas prácticas concretas, que cubren todos los usos posibles del suelo, pastos permanentes y temporales, tierras de cultivos herbáceos y tierras de cultivos permanentes. Se puede escoger entre las prácticas que más interesen según el modelo de explotación. Los importes son los mismos, para un mismo tipo de superficie, con independencia de la práctica que se realice, salvo en el caso de Espacios de Biodiversidad. Sobre una misma hectárea se recibe la ayuda una sola vez.

Las ayudas asociadas se dirigen a sectores o tipos de explotaciones vulnerables desde el punto de vista social y económico. Se mantienen similares a las actuales, fundamentalmente apoyan a sectores ganaderos, algún agrícola como remolacha o cultivos proteicos, de las que en el último momento se eliminó el girasol.