Castilla y León

La sequía adelanta mes y medio el riego y añade más gastos a la lista de costes del agricultor

«Estamos en un momento en el que es sembrar y regar para que nazca», comenta Ángel González, presidente de Ferduero (Federación de Regantes del Duero), «en circunstancias normales no se regaba hasta finales de mayo o primeros de junio, así que lo que gastemos ahora no lo vamos a tener a finales de campaña, cuando lo necesitemos para rematar los cultivos».

Calcula alrededor de un mes y medio de adelanto en el riego de remolacha, maíz o patatas con respecto a una campaña normal y si en un principio, era el Pisuerga-Bajo Duero el sistema que presentaba problemas ahora ya se teme por toda la cuenca. «Todo va a depender de la situación de mayo, si la cosa sigue como en abril, al final de campaña lo vamos a pasar bastante mal», intuye González.

Hay que recordar que el sistema Pisuerga-Bajo Duero tiene restricciones para el uso racional de agua, con una dotación máxima de 3.500 metros cúbicos por hectárea. Esta medida, por primera vez, afecta tanto a los regadíos que se abastecen a través de los canales del Estado, como al resto de tomas de riego, es decir, a la totalidad de las hectáreas de regadío del sistema.

En el caso del Carrión, la dotación máxima es de 4.500 metros cúbicos por hectárea.

Desde la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) advierten que «el desarrollo meteorológico que pueda mostrar el mes de mayo será determinante para el desarrollo de la campaña de 2023, no solo en estos dos sistemas de explotación, sino que también en todos los demás».

El carácter seco y caluroso de las primeras semanas de la campaña de riego ha provocado que todos los sistemas de explotación de la cuenca hayan comenzado el descenso en sus reservas. En la última semana las reservas han disminuido en 40 hm3 en el conjunto de embalses de titularidad estatal gestionados por la CHD.

Mayor evaporación

El presidente del Canal Toro-Zamora, Pedro Pablo Ballesteros muestra su «preocupación» ante la situación que están viviendo, «como sigan las temperaturas así la evaporación va a ser más alta de lo normal y las pérdidas incalculables».

Además de que este adelanto del riego agota el recurso, los agricultores se enfrentan igualmente, a un incremento del gasto sin olvidar que «venimos de la sementera más cara de la historia», apunta Ballesteros. «El gasoil es más del doble, el precio de la luz un 60 o 70% más cara, y aunque en nuestro caso hemos puesto placas solares eso hay que pagarlo».

El secretario de UPA-Ávila, Ventura González, calcula que el coste del gasoil para riego oscila entre 52 y 57 euros por semana por hectárea, «con 20 litros de agua que eso es para mantenerlo, no para coger una buena cosecha». En el caso de la luz habla de entre 48 y 52 euros con esos mismos parámetros. «Seis semanas excepcionales por esos costes son 300 euros/hectárea para coger una cosecha normal y una campaña como esta puede suponer 3,5 meses de riego».