El sector forestal apuesta por la gestión inteligente y colaborativa para prevenir incendios

La gestión de ese territorio se convierte en algo complicado si se atiende al hecho de que Castilla y León es la región de España con mayor superficie de uso forestal, casi cinco millones de hectáreas, lo que corresponde con el 51% de su superficie total. Pero lo que caracteriza la propiedad forestal privada es que alrededor del 45% está en manos de 720.000 propietarios, que tienen una media de 3,1 hectáreas, lo que hace «muy difícil de gestionar individualmente».

González se refirió al «tránsito» de la vida rural a la vida urbana, «que es irremediable», y que ha supuesto que se haya dejado de «gestionar, habitar y convivir con el territorio» por lo que pide que se pongan medidas «fáciles» a los propietarios para que haya una gestión.

La gerente de Fafcyle insistió en que «de poco vale que parte del territorio esté planificado cuando al lado hay combustible que quemar en zonas sin caminos, cortafuegos ni balsas de agua, además de dificultar el acceso de los medios de extinción», al tiempo que lamentó que a este sector tan solo lleguen el 3% de las ayudas de la PAC o que la Ley Agraria de Castilla y León tenga «excluido todo lo forestal», lo que dificuta las tareas de concentración del monte. También se refirió a que carecen de representatividad en determinados foros porque no están incluidos dentro de esa parte agraria.

El 30% de la población es propietaria

Esta jornada, que se se ha desarrollado de manera previa al Día Internacional del Árbol, que tiene lugar cada 21 de marzo, también ha contado con la participación del presidente de Fafcyle, Jesús Pestaña, quien recordó que el 30% de la población de Castilla y León son propietarios forestales por lo que su representatividad es «evidente».

Dada la distribución de la superficie «la rentabilidad es nula en el caso de los pequeños propietarios», afirmó, «es un sector económico poco desarrollado por la estructura tan complicadísima de la propiedad» aunque concluyó que es la sociedad, en su conjunto«, »la que se aprovecha de las bondades de los bosques« por su función como mantenedores de la biodiversidad, la reducción de los incendios forestales, la conservación de los espacios naturales, la captura de CO2, el mantenimiento del paisaje, del suelo, la calidad de las aguas y los ciclos hidrológicos y erosivos.

Por último Rodrigo Gómez, en representación de Cesefor, habló sobre la transformación digital en este sector. Declaró que «la España despoblada es la España forestal», relacionando así el reto demográfico con los bosques, el cambio climático y los incendios. Reconoció que la coyuntura económica actual es buena para «la sostenibilidad y digitalización».