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Nacho Rincón, María Burgos, Eduardo Catalina y Fran Burgos. S. G.
Los secretos de la poda en vaso en las microparcelas de la Ribera Soriana

Los secretos de la poda en vaso en las microparcelas de la Ribera Soriana

Nacho Rincón acompaña a la viticultora María Burgos en las labores realizadas en la zona más desconocida de la DO

Lunes, 27 de diciembre 2021, 08:35

La Ribera del Duero soriana quizás es la zona más desconocida de la zona de calidad vitivinícola, pero también uno de los lugares donde se conservan los viñedos más antiguos y un importante legado de la cultura del vino presente desde hace siglos. Una especie ... de viaje al pasado con valles repletos de microparcelas o parcelas en minifundio, con cepas centenarias y multivarietales. Soria es la provincia con mayor altitud media de la Ribera del Duero. El frescor extra que aporta la altitud se ve reforzado por su ubicación entre dos cadenas montañosas, el Sistema Ibérico y el Sistema Central, lo que determina unas condiciones de cultivo más extremas si cabe.

El viticultor; Nacho Rincón se traslada desde Moradillo de Roa hasta la provincia soriana para conocer de cerca las claves y secretos de la poda en vaso en estas pequeñas parcelas. Junto a su cámara y su dron, deja constancia del trabajo realizado por la viticultora María Burgos, con viñedos situados en las dos provincias: Santa Cruz de la Salceda (Burgos) y Castillejo de Robledo (Soria). Desde allí, el camino continúa hasta San Esteban de Gormáz, donde Eduardo Catalina posee viñedos en minifundio. En esos trabajos de poda en vaso también colabora Fran, el hermano de María. Una mañana de trabajo intenso a pie de viña, acompañados por esa niebla tan tradicional en los inviernos en la Ribera del Duero.

«Estamos ya a finales del meses de diciembre, la poda ya se ha generalizado y vamos a conocer sus detalles. Estamos en un viñedo en vaso en San Esteban de Gormaz, en estas microparcelas donde hay variedades albillo, tempranillo y garnacha», explica Nacho Rincón.

Claves

La poda se realiza en invierno cuando el estado vegetativo de la vid está parado, entre diciembre y marzo principalmente, y es probablemente la labor más importante, ya que su buena realización tiene mucho que ver en la futura calidad de la viña y el vino. La poda consiste en el aclarado de pulgares que son los trozos de sarmiento con un número de entre una y tres yemas. Esas yemas son el emplazamiento de los embriones de brotación de las primeras hojas y de los racimos.

Distintos momentos de la poda. S. G.
Imagen principal - Distintos momentos de la poda.
Imagen secundaria 1 - Distintos momentos de la poda.

La viña se poda principalmente por dos razones fundamentales. Una consiste en limitar la producción para que sea de mayor calidad, además de controlar el crecimiento de la viña y hacer que dure más tiempo. Otra finalidad que se persigue con el corte es el poder laborear la viña, y es que limitando los pulgares se consigue que interfieran lo menos posible en trabajos de labranza.

«Lo primero es visualizar la cepa para evitar que se cierre, ver si queremos más cabeza. Hacemos parada y terción, parada significa dos yemas abajo y tres arriba. No tiene siempre porqué ser así, pero en este caso sí. A veces somos un poco conservadores por el tema de los hielos y dejamos una yema más», explica María Burgos a la vez que realiza las labores de poda.

Al respecto, incide en otro detalle a tener en cuenta. «Es muy importante, según vas podando, ir sacando los palos al líneo de al lado para luego poder sarmentar y retirarlos con facilidad».

Tras una jornada dura de poda, el descanso del guerrero se realiza en el barrio de bodegas tradicionales y lagares de San Esteban de Gormaz. Historia viva de la estrecha vinculación de la zona con la cultura del vino, que se respira y marca economía y carácter.

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