El saneamiento llegó el año pasado a 16.499 establos, de los que 221 dieron positivo a tuberculosis

La provincia en la que más establos se sanearon el año pasado fue Salamanca, con 6.011, con un total de 152 positivos, lo que supone un 2,53% de prevalencia a la enfermedad y un incremento con respecto al ejercicio anterior, cuando fue del 2,37%. En las últimas horas, colectivos de ganaderos de la provincia han defendido la erradicación de la enfermedad, pero «no a corto plazo», ya que insisten en que «no hay que asfixiar al productor».

Ávila es la segunda provincia que registró un mayor número de positivos, 51, con una prevalencia del 1,66%, frente al 2,34% de 2020, lo que ha supuesto un notable descenso. Esta bajada del 30% garantiza la trashumancia en condiciones favorables de movimiento.

Segovia contabilizó 14 explotaciones positivas, dos la provincia de Palencia, una Soria y Zamora, y ninguna Burgos, León y Valladolid. De este modo, siete provincias se sitúan en baja prevalencia, es decir, están por debajo del 1%. Esto hace que la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural haya empezado a calificar la declaración de oficialmente libres de tuberculosis bovina a Burgos, León, Valladolid y Zamora. De este modo, si no se producen repuntes, en el año 2023 las tres primeras podrían tener el estatus de libres de tuberculosis reconocido por la Unión Europea, y Zamora, en 2024.

Por otra parte, a lo largo de 2021se llevó a cabo una investigación epidemiológica entre la fauna silvestre, uno de los factores que afectan a la transmisión de la enfermedad. Según los datos preliminares, «los niveles globales de prevalencia de Castilla y León son bajos». Si se excluye la comarca de El Barco de Ávila, sobre 2.085 muestras tomadas en el resto de la región se han detectado un 3,21% de especies silvestre con aislamiento CMT (Mycobacterium tuberculosis).

Vitigudino

El investigador Christian Gortázar y su equipo también han evaluado las causas del foco de Vitigudino, donde la prevalencia es del 5,25%. En el informe previo han concluido que entre los factores de riesgo está ese contacto con especies silvestres (abundancia de jabalíes, alimentación suelo) y para minimizar este impacto se proponen mejoras de la bioseguridad de las explotaciones. Además, se recomienda el reparto de los animales en varias parcelas, para lo cual se propone el control exhaustivo de movimientos, repetición de pruebas diagnósticas y eliminación de animales positivos.

La normativa europea obliga a la realización del saneamiento ganadero «porque los animales infectados son un foco de contagio para otras ganaderías y para el hombre». Además, «tienen un menor rendimiento productivo» y la enfermedad «conlleva restricciones comerciales» a los animales y los productos procedentes de establos positivos.