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Desde finales del mes de febrero se están llevando a cabo las siembras de remolacha en la región. «La labor se está realizando en buenas condiciones, al ser un cultivo de raíz es muy importante que se haga así, en un terreno pesado podría condicionar ... el desarrollo», explica el jefe del Servicio Agronónico de Acor, Óscar Olivar.
En cualquier caso, la novedad que presenta la campaña de este año es que no se puede utilizar semilla con neonicotinoides, dicho de otro modo, pildorada con insecticida para proteger al cultivo de algunas plagas.
El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación aprobó una resolución de autorización excepcional el pasado 15 de diciembre de 2022, para la siembra de semilla de remolacha tratada con una sustancia activa que contiene neonicotinoides, que entraba en vigor el 15 de febrero de 2023.
Con fecha 19 de enero se hizo pública la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, en donde se deja claro que, de acuerdo con la interpretación de ese Tribunal, no es posible conceder autorizaciones excepcionales. Esto ha supuesto un cambio de interpretación del reglamento, que ha afectado a todos los Estados Miembros de la Unión Europea, ya que este tipo de autorizaciones excepcionales era una práctica habitual en todos ellos.
Ante esta nueva realidad, el Ministerio procedió a realizar una consulta a los servicios jurídicos de la Abogacía del Estado, y a la vista de la contestación de éstos, se procedió con fecha de 15 de febrero, el mismo día de su entrada en vigor, a suspender la eficacia de la Resolución de Autorización excepcional.
Itinerario técnico
Tanto Acor como Azucarera lanzan un mensaje de «tranquilidad» y coinciden en que esta prohibición de uso se va a traducir en mayor vigilancia en el campo para prevenir posibles plagas.
«Se ha autorizado el uso de un insecticida sistémico de mayor persistencia, hemos elaborado un itinerario técnico para que los agricultores sepan cuándo tratar y con qué materias activas, también hemos activado una red de alertas para avisar de en qué momento hay que aplicar este tratamiento insecticida pues lo que más preocupa es la pulguilla y el pulgón verde, que produce la amarillez», explica Olivar.
Salomé Santos, directora del Área Agrícola de Azucarera, reconoce que «sabíamos que esto iba a suceder tarde o temprano por lo que investigábamos alternativas a la utilización de neonicotinoides». La multinacional ha creado, igualmente, «un protocolo de tratamiento insecticida y de alerta temprana, tendremos más ojos en el campo» e insiste en que «con un buen seguimiento, el sistema de alertas y tratamiento no tendría que haber problema» y descarta que pueda suceder el «desastre» que vivió Francia donde «no tenían tanta investigación y las condiciones de allí favorecen más el ataque».
Los expertos concluye que esa semilla sin neonicotinoides es más barata por lo que compensa el coste de los posibles tratamientos. Y todo, en un momento en el que el precio del azúcar registra máximos históricos. «Hay razones para el optimismo en cuanto a rentabilidad, el precio del azúcar vive un momento histórico», concluye Santos.
La Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural también ha confirmado que se espera la petición formal del sector para solicitar el uso excepcional de un segundo producto de tratamiento y evitar resistencias.
Rafael Veganzones atiende el teléfono momentos antes de dar el relevo a su hijo, el tiempo manda y se encuentran en plena campaña de siembra de remolacha.
Para agricultores como Rafael, que lleva 40 años con el cultivo de la remolacha, la nueva normativa que prohibe el uso de semilla pildorada con insecticida, no presenta mayor inconveniente. «La semilla con neonicotinoides llevará más de diez años y antes de que existiera siempre tratábamos la remolacha, no lo veo un problema gordo», manifiesta.
En su caso, además, desde hace tres años utiliza la semilla sin este insecticida «porque siembro la remolacha sobre colza y si no, no lo podría hacer».
Confirma que los rendimientos «son iguales utilizando una semilla o la otra» e insiste en que la diferencia radica en que «tienes que estar un poco pendiente por si hay pulgón, depende del calor que vaya haciendo en mayo y si es necesario, adelantarse a la plaga, pero vamos, como hemos hecho siempre, lo que pasa que vino esa semilla y ya nos olvidamos del tratamiento».
Desde un punto de vista económico, este agricultor de la localidad vallisoletana de Campaspero, asegura que «poca» puede ser la diferencia. «Quedas igual, lo que te ahorras en la semilla es lo que te gastas en tratamiento, casi seguro que te sale más barato que con la semilla con neonicotinoides, pero es verdad que te daba la tranquilidad de olvidarte del pulgón».
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