«Siempre he tenido la inquietud de hacer avanzar a los ganaderos, agrupar a la gente»

Es consciente de que «si sacamos los suficientes votos me va a cambiar la vida» y de momento, son su padre a diario y su hijo los fines de semana, los que le acompañan en la explotación de manera excepcional «para acabar cuanto antes y repartir publicidad por los pueblos, pegar carteles o participar en actos; las vacas tienen que comer todos los días y aquí ahora, andamos a tope, no podemos coger vacaciones», añade.

Asegura que no se ha encontrado con nadie que le haya cuestionado el paso dado por su condición de ganadero, «al contrario, me dicen que lo que necesitamos es gente de la calle, que conozca los problemas de primera mano, muchos desconocen la realidad del mundo rural porque prometen y vienen a los pueblos en época de campaña, luego no vuelven, es algo que lo sabe cualquiera que viva en un pueblo».

El suyo, Casillas de Flores, suma 191 vecinos, y se sitúa en el sur de la provincia, lindando con Portugal y muy cerca de la provincia extremeña de Cáceres.

Desde un punto de vista exclusivamente ganadero, lamenta que el valor añadido que supone la transformación de la carne vaya a otras comunidades. «La gente no quiere complicarse y a eso hay que añadirle las dificultades administrativas, al final, ese dinero del engorde y el sacrificio se va a Cataluña y Aragón aunque aquí tengamos las vacas».

Aprecia que la campaña electoral se está centrando mucho en el sector agrario, «ellos se hacen las fotos con traje y zapatos, yo con la ropa y las botas de trabajar todos los días».