«Vi la salida laboral para asentarme en mi pueblo»

Surgió como algo casual y, más tarde, se convirtió en una oportunidad laboral para implantarse en su localidad natal. A través de la empresa Vermiduero, Nazareth Aparicio, junto a su compañero Samuel Sanz, se dedica a la producción de humus de lombriz o vermicompost en la localidad burgalesa de Roa. Se trata de un abono orgánico de altísima calidad que procede exclusivamente de materiales naturales y orgánicos. A sus 31 años, la productora ha recibido recientemente el premio Mejor Proyecto Empresarial de Burgos 2022 en el Día del Joven Empresario.

Echando la vista atrás, recuerda que la idea nació en 2016, cuando empezaron a criar unas cuantas lombrices en el patio de casa, en principio para usarlo a nivel doméstico. «A partir de ahí, soy bióloga, me interesaba mucho el proyecto, empecé a investigar y a profundizar y también vi un posible nicho de mercado en la zona porque en Burgos no hay otra empresa de este tipo y en Castilla y León somos tres», detalla. Cuenta que al emplazarse en una zona vitivinícola, la Denominación de Origen Ribera del Duero, vio «una salida laboral que se ajustara a nuestra formación, mi compañero es geólogo. Lo que buscábamos era asentarnos aquí, en nuestra tierra».

En los seis años de desarrollo de Vermiduero, según Nazareth, «hemos ido poquito a poquito2. De esta manera, comenzaron con un único lecho de lombrices y dos metros cuadrados de espacio, hasta llegar a fecha de hoy a los 800 lechos y 1.600 metros cuadrados. «Hemos dado el salto a base de trabajo, nos ha llevado mucho tiempo y labor, pero nos hemos ahorrado esta gran inversión inicial y nos ha permitido ir conociendo el sector poco a poco», detalla. Y es que, hasta el año pasado, compatibilizaban el proyecto con trabajos por cuenta ajena.

En la explotación de Vermiduero en Roa se crían ejemplares de lombriz roja californiana. «Le damos materia orgánica a base de estiércoles animales y restos vegetales. Ellas lo van a comer, lo van a digerir y lo van a excretar», cuenta. En lo que se refiere a la venta del producto, en su mayoría se desarrolla a nivel comarcal ya que hay mucha viticultura en la Ribera del Duero, aunque también se distribuye a nivel nacional a través de la página web y algunas operaciones concretas a nivel internacional.

Sobre la situación actual y las consecuencias de la generalizada subida de precios, en esta producción afecta al ámbito del transporte. «Es muy voluminoso, tanto para que nos traigan la materia orgánica como para nosotros enviar el producto. También ha subido en los envases. Estamos intentado no repercutirlo demasiado en nuestro precio».

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