Explotaciones que se manejan a través del teléfono

El ganadero salmantino, referente en la cría de charolés enfocado a la genética, explica que «todos los servicios que antes hacías en la oficina, o que te obligaban a moverte de forma presencial, se hacen desde el móvil» y enumera: «nacimientos, partos, la compra del pienso, las visitas de parcelas, metemos ecografías, celos, confirmación de preñeces o celos».

«Antes de ir a la explotación miro la aplicación para saber qué tengo que vigilar, antes tirabas de libreta, apuntabas, pero ese sistema no te da un aviso, este tipo de aplicaciones te transforman los datos, los interpretan».

Su explotación, asentada en el término municipal de Boadilla (Salamanca), cuenta con 320 animales; Ángel se incorporó a la misma en 2012, su padre ya llevaba 30 años en este negocio, en el que también está su hermano. «Al principio eran pequeñas cosas, pero en los últimos cinco años es cuando realmente ha habido una revolución tecnológica y es que hay que tener en cuenta que en la ganadería es más lenta que en la agricultura, aunque a día de hoy, hay mucha gente que ya hace muchas cosas».

Las cámaras instaladas en los diferentes puntos de la explotación hacen que, igualmente, pueda comprobar el estado de los animales o que los potenciales clientes, los observen sin tener que trasladarse, aunque Ángel deja claro lo siguiente: «Han cambiado muchas cosas, pero el trabajo diario es igual que hace 50 años y a la explotación hay que ir todos los días a ver a los animales, si no lo haces, no ves al que está enfermo». Es verdad que «a lo mejor vas más directo al que tienes que vigilar, y la distribución de comida es diferente, pero hay que ir».

Por ejemplo, dispone de una serie de tolvas que funcionan mediante energía solar que limitan la alimentación y que una vez llenas, pueden pasar días sin tener que volver a llenarlas.

En cuanto a la pandemia, asegura que «se ha notado la reducción de consumo y eso hace que la gente se corte de comprar, el parón fue realmente durante el periodo de confinamiento, pero la gente al final tiene que continuar».

De su explotación salen reproductoras a todos los puntos del país, sementales, semen y ahora mismo, está preparando el envío de una partida de embriones a Colombia, un proceso con cierta complejidad pues se debe realizar a través de un centro oficial y cumpliendo unos determinados requisitos, por lo que ese envío, será cuestión de tiempo.

«Es una venta de genética muy determinada para la que hay demanda, la genética en España ha mejorado mucho y en los países de habla hispana, esto nos facilita y agiliza».

Ventas online

De igual modo, la pandemia ha hecho que desaparezcan de raíz, las subastas in situ, está el miedo de la gente a moverse e incluso, que con explotaciones cada vez más dimensionadas, no hay tiempo para dedicarse a recorrer ganaderías buscando genética. Es ahí donde aparecen las ventas online, algo totalmente novedoso en España y una modalidad con la que este ganadero salmantino se animó a finales del pasado año. «Lo hice de manera un poco rudimentaria, con mis medios, pero probé con un animal del que ofrecí vídeo, fotos, el pedigrí, la información genética. Durante tres días se extendió la venta de puja al mejor postor, y salió bien».

La Unión de Criadores de Raza Charolesa de España (UCHAE) también se animó con esta modalidad el pasado mes de abril y «a parte del valor de la venta en sí, la interacción, la promoción fueron muy interesantes, es una venta de confianza, crear la confianza es lo más difícil, pero creo que son modelos que han llegado para quedarse, no sé si de forma masiva o puntual».

Esta ganadería colabora en proyectos con la Universidad de Salamanca o la Diputación porque la teoría es «intentar desarrollar proyectos novedosos» que por un lado propicien mejoras económicas y de manejo en las explotaciones, pero también, «hay que vender experiencias, el campo está alejado de la ciudad, hay una generación que se ha distanciado y nos gustaría abrirnos».

Facilidad de nacimientos a través de la genética

A esta ganadería, en pleno Campo Charro, han llegado recientemente dos animales para la reproducción y dirigidos, específicamente, a la cubrición de novillas primerizas pues ofrecen garantías de facilidad en el parto. «Tienen la facilidad de parto muy conseguida, pueden bajar el peso del ternero hasta dos kilos para que sea más fácil», explica el ganadero. De este modo, se intenta reducir la edad de cubrición de esas novillas primerizas, «estos toros van a empezar a cubrir novillas de 18 meses cuando antes nos íbamos a 26 o 28 meses, los genetistas nos indican que estamos perdiendo mucho dinero con la reproducción porque alargamos mucho el primer parto, a través de la genética podemos adelantar 10 meses el primer parto».

Esto se traduce, además, en que «al final de la edad productiva, se habrán conseguido dos terneros más porque además de adelantar, luego es más fácil continuar con la reproducción». Además de esa facilidad de nacimiento, con la genética se busca morfología o rendimientos cárnicos, «todo depende de lo que quiera el cliente».