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La campaña de riego que, de manera oficial, arranca cada 1 de abril, parece que no podrá desarrollarse en las mejores condiciones si se toman como referencia los datos actuales con cinco zonas de la cuenca en situación de sequía prolongada. Según los cálculos de ... la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), es «muy probable» que en el siguiente informe mensual esta sequía afecte a más del 70% de la superficie de la cuenca.
Los embalses de la cuenca del Duero están al 62,6% de capacidad, 1.800 hectómetros cúbicos, «un dato algo superior a la media de los últimos diez años, pero un valor claramente inferior al del año 2021, con 500 hectómetros cúbicos menos de reservas en el cómputo global», destaca Alejandro Barriuso, director técnico de la Confederación.
Los datos por sistemas son «muy irregulares», y desde el organismo se identifican los sistemas Pisuerga y Carrión, en Palencia, y el embalse de Villameca, en el Órbigo, como los puntos en los que existe «bastante incertidumbre» a la hora de afrontar la campaña de riego, siempre teniendo en cuenta que, de momento, nada es definitivo.
A día de hoy, los datos parecen claros para definir la situación como «bastante comprometida» en los sistemas Carrión y Pisuerga pues el agua embalsada es un 25% inferior a la media de los últimos diez años y se sitúa en torno al 50% del volumen embalsado en 2021. En el resto, con los datos actuales, «parece que podrán desarrollar la campaña de riego con relativa normalidad», según Barriuso.
De manera general, en todos los embalses y sistemas las reservas ya son inferiores a las de 2021. «Tenemos algunos sistemas claramente por encima de los valores medios de los últimos diez años, como son los embalses del Porma, Riaño o el Adaja en Ávila». Por el contrario, existen otros sistemas que están por debajo de la media de la última década, «un 40% o más, por debajo de los datos del año anterior como Villameca (Órbigo) o Linares del Arroyo en el Riaza».
Otro parámetro preocupante es el de las reservas de nieve que son «extremadamente bajas o nulas en la mayoría de los sistemas de la cuenca» una situación que ha favorecido que «algunos sistemas de explotación durante la semana pasada hayan empezado a tener descensos en las reservas de agua embalsada cuando en esta época del año deberíamos disponer de unas reservas de nieve bastante superiores a las actuales».
Con toda esta situación, el desarrollo de la campaña de riego 2022, «va a depender, como suele ser habitual, del volumen embalsado en los embalses de titularidad del Estado al inicio de la campaña, pero también de las precipitaciones que podamos tener en lo que resta de invierno y en la primavera de 2022», afirma Alejandro Barriuso.
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