La lluvia para las labores en León y complica el cumplimiento de la nueva PAC

Las lluvias han interrumpido la cosecha de maíz y remolacha a los pocos días de haberla iniciado, han parado la recolección de patatas que ya estaba en su recta final y han paralizado también la recolección de las últimas fincas de alubias y de girasol, dos cultivos que «a día de hoy, para los que todavía están en el campo, se dan prácticamente por perdidos», lamentan.

Asaja teme sobre todo por las siembras de cereal y otros cultivos herbáceos de invierno, particularmente en tierras de secano, donde la superficie sembrada a duras penas alcanzará el 20 por ciento de la prevista a final de campaña.

Además, en la comarca de Los Oteros las labores ya estaban retrasadas con motivo de la entrega de las fincas de reemplazo de la concentración parcelaria (en Los Oteros se concentra el 30 por ciento de los cultivos herbáceos de secano de la provincia de León). Todo apunta a que, «por bien que esto se arregle, habrá una reducción importante del cultivo de cereal, sobre todo de trigo», señalan en un comunicado recogido por Ical.

Añaden que la dificultad para hacer las siembras que se tenían planificadas complica el cumplimiento de las normas de la nueva PAC (Política Agraria Común), en particular en lo relacionado con la condicionalidad y con los eco regímenes, en lo que se refiere a cumplir porcentajes máximos de barbecho y para hacer la rotación y diversificación de cultivos exigida.

La parte positiva, remarcan, es la abundancia de pastos tanto en los montes como en las rastrojeras y las aportaciones que ya reciben los pantanos de los ríos regulados, lo que da tranquilidad de cara a la nueva campaña de riego que comenzará en abril de 2024.