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Por fin han llegado las ansiadas lluvias que tanto necesitaba el campo. Hay aspectos que no cambian, como los altos costes de producción a los que se tendrán que enfrentar los profesionales, pero es cierto que «el agua anima mucho y es bien recibida; la ... gente estaba sembrando en malas condiciones y ahora se va a animar más», indica el coordinador regional de UCCL, Jesús Manuel González, quien también intuye que en esta sementera «se va a sembrar menos cereal y se echará menos fertilizante, la gente se va a ir a cultivos menos exigentes».
Aurelio González, secretario de UPA, aprecia que el agua de los últimos días es positivo «para cultivos como la remolacha que todavía se estaba regando y por lo tanto, el agricultor estaba gastando; para la colza, que se sembró más el fin de semana anterior ante la previsión de lluvias y para la propia nascencia». En el caso de los cereales de invierno «hacía falta que lloviese para poder hacer labores».
Lo que conviene a partir de ahora es que «el tiempo se asiente y nos deje hacer una buena sementera en la que se van a intentar abaratar los costes con menos abonado».
Cifra entre 30 y 80 los litros recogidos tras las lluvias de los últimos días en función de las zonas. «Ha sido un agua muy buena para hacer las labores necesarias; cuando terminemos que vuelva a llover para llenar los embalses», dice, a sabiendas de que por mucho que pida, es el tiempo el que manda.
Lorenzo Rivera, coordinador de COAG, recuerda que «veníamos de un año tan seco que era absolutamente necesario que lloviera». Apunta que las zonas donde menos ha llovido son Soria y Burgos y adelanta que «en el momento que pare, si hay oreo, se empezará a hacer la sementera en buenas condiciones, si no fuera por los altos precios de los fertilizantes».
Su impresión es que se va a sembrar una superficie de cereal «similar» a la de años anteriores. «Como novedad está la PAC (entrará en vigor el 1 de enero de 2023), que tiene a todos pendientes de los eco regímenes o de la superficie que hay que dejar para leguminosas u oleaginosas».
Sin actitud
Donaciano Dujo, presidente de Asaja, dice que hasta la fecha no ve «actitud de sementera como se veía otros años, con todos los tractores en el campo». Y es que los costes de producción y la nueva normativa de la PAC «hacen que los agricultores estén indecisos a la hora de realizar las tareas agrícolas».
Apesar de ello, «es tiempo más que de sobra para que con estas lluvias más o menos generalizadas, los agricultores salgan al campo a empezar las tareas de sementera».
Dujo es de los que piensa que hay «más motivos que nunca» para que el sector «se piense mucho qué cultivos va a sembrar y qué abonos va a tirar dada la escasa rentabilidad de las explotaciones debido a los elevados costes del abono, gasóleo y electricidad».
Se muestra convencido, al igual que algunos de sus compañeros, de que esta campaña «se va a sembrar menos cereal en Castilla y León; el agricultor se va a ir a cultivos con menos costes y el que siembre cereal tirará menos abono o nada, esperando a ver qué pasa».
Según sus cálculos, hacer una sementera como se hacía en 2019-2020 es «inasumible», pues el coste de sembrar una hectárea de cereal de secano ha pasado de 500 a 1.200 euros.
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