La humedad y las buenas temperaturas dan forma a una germinación «espectacular»

En palabras de este profesional, «todos estos cultivos tienen un buen planteamiento porque la colza que iba un poco más tardía dado que en septiembre y octubre no llovió, ha recuperado y va en ciclo gracias a la lluvia y la temperatura de los últimos díasde octubre y noviembre».

Por otra parte, Ventura recuerda que la campaña de siembra «está todavía en vigor», y que viene más retrasada que los últimos dos o tres años.

Eso sí, pone el acento en otra circunstancia y es que «depende mucho de las explotaciones, porque habrá mucha gente que por los altos costes, va a dejar hasta el 40% de barbecho, que es lo que se permite». Reconoce que la pregunta que más se repite entre los profesionales que se acercan a su organización es: «¿Cuál es el máximo que se puede dejar?»

Dice el refrán que «principios quieren las cosas» y los comienzos parecen buenos, «ahora solo hace falta que nos deje otros diez o 12 días para terminar lo que nos queda de sembrar y cuanto más suaves sean las temperaturas, mejor, y luego que hiele lo que tenga que helar porque esto también es bueno para el cereal», mantiene González.

Este inicio del año agrícola, además de por los costes de los fertilizantes, también está marcado por la subida de ciertas semillas, como las vezas que «encuentras con dificultada y a precios muy caros». Pero no solo eso, «está pasando también con los garbanzos, otros años conseguías todos los que querías y este año no se encuentran por ningún sitio».

También estas lluvias y la suave temperatura están dejando una buena otoñada en provincias como la de Salamanca, donde los animales en extensivo disponen de bastante hierba.

Próxima campaña de riego

Desde otro punto de vista, el de la próxima campaña de riego, las precipitaciones registradas en las últimas semanas han provocado «un cambio de tendencia» en sistemas como el Tera, Órbigo, Esla, Porma y Carrión. Asimismo, en los sistemas Águeda y Tormes, los cauces han experimentado un gran crecimiento, y los embalses han conseguido incrementar su volumen de reservas de forma importante, según informa la Confederación Hidrográfica del Duero.

Por el contrario, en la zona oriental de la cuenca, donde las precipitaciones no han llegado con la misma abundancia, las cabeceras de los ríos siguen en una situación de «escasez acuciante» y tal y como destaca el propio organismo «serán necesarias importantes precipitaciones para iniciar una senda constante de crecimiento de las reservas durante el resto del otoño y el invierno».

Para la Confederación resulta «evidente» que el cambio climático está alterando los patrones habituales de comportamiento, y por eso, más que nunca, «dependemos totalmente de la meteorología de los próximos meses. La permanencia de las precipitaciones en otoño e invierno, junto a la nieve, la mejor reserva de agua de la que se pueda disponer, definirán el desarrollo de la campaña de riego de 2023».

Los embalses de la Cuenca están en la actualidad al 35,2% de su capacidad total.