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Estado actual de una parcela de girasol en Pollos. El Norte
El girasol, a punto de iniciar la maduración, mantiene superficie

El girasol, a punto de iniciar la maduración, mantiene superficie

Esta campaña se han alcanzado 366.711 hectáreas, 815 más que el año anterior, aunque Burgos acusa un descenso de 5.774

S. G.

Viernes, 2 de agosto 2024, 07:46

Si hace unos meses era el amarillo de la colza el que llamaba la atención en los campos de la región, en las últimas semanas ha sido el amarillo del girasol el que ha centrado el foco. Lo cierto es que a pesar de que puede dar la sensación de que en esta campaña hay más superficie destinada a este cultivo, la cifra no es nada significativa, ya que se ha pasado de las 365.896 hectáreas de 2023 a las 366.711 actuales, 815.

Quizás sea más significativo el hecho de que Burgos pasa de 84.901 a 79.127 hectáreas y, de este modo, se deja 5.774 por el camino, a pesar de que sigue siendo la provincia que más apuesta por este cultivo. También Palencia pierde superficie, al pasar de 57.286 a 56.678 hectáreas. La tercera provincia en extensión en girasol es Valladolid que, en cambio, esta campaña gana, pues cuenta con 53.229 hectáreas frente a las 52.047 del año anterior.

Joaquín Ortiz, técnico del Servicio Agronómico de Acor, explica que la evolución del cultivo «ha sido positiva en cuanto a la nascencia y el desarrollo, mejor que en años anteriores». La pluviometría acumulada entre el otoño y la primavera «hace esperar que tengamos producciones un poco mejores que años anteriores, y en estos 15 días de temperaturas extremas, está respondiendo mejor de lo esperado gracias a la humedad de las capas profundas, que es la que aprovechan los cultivos de secano».

No será hasta mediados de septiembre cuando se siegue de manera generalizada, «salvo que haga mucho calor este mes de agosto y se pueda adelantar algo, pero el ciclo del cultivo ahora mismo es normal y hasta el 15 de septiembre no es de esperar que se coseche de manera general en Castilla y León».

Por otra parte, comenta que durante las dos últimas semanas «es cuando más floración se ha visto, pero ese amarillo ya va a desaparecer. De hecho, ya hay menos flor que la semana pasada, aunque hay zonas como Salamanca donde se sembró más hacia mediados de mayo, y van más retrasadas». La floración es el inicio de la maduración y en esta época del año, «es lo propio», afirma Ortiz.

Al cultivo todavía le queda por delante un mes y medio bastante decisivo. «En el secano nada podemos hacer, solo esperar que tenga la suficiente capacidad el terreno para aguantar las altas temperaturas, que son las propias del verano. Y en los regadíos, mantener la humedad del terreno para contrarrestar esas altas temperaturas». En el momento en el que el verdor comience a tornarse en verde-limón, «ya hay que dejar de regar porque no es eficaz; el cultivo no lo va a asimilar».

Cultivo refugio

El girasol es uno de esos cultivos refugio, al que se recurre por necesidades de rotación, para cortar ciclos de enfermedades y malas hierbas, y en muchos casos, cuando no se puede sembrar un cereal porque el tiempo no lo ha permitido. «Es un cultivo residual, pero con precios que hace que la gente lo tenga más en cuenta estos últimos años. Parcelas con 2.000 kilos o más se pueden equiparar a un cereal que no se haya sembrado a tiempo, es el cultivo de verano en secano que más rentabilidad va a dar y te puede aportar algo más que dejar el barbecho que también unos costes», sugiere el especialista.

El salto más significativo del girasol se produjo en el año 2022, cuando se alcanzaron las 390.000 hectáreas, con un incremento de 139.000 con respecto a los datos anteriores. De momento, tanto el ejercicio actual como el anterior, sigue resistiendo por encima de las 365.000.

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