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Hace años que las plantaciones de frutos secos, sobre todo de pistachos o de almendros, tomaron cierto auge en la región. En el caso del pistacho, mientras que en España en 2012 había 5.000 hectáreas en la actualidad, la cifra ronda las 70.000, ... y en la región el dato se ha estancado en unas 3.000. En cuanto a los almendros, existen unas 3.400 hectáreas productivas en la comunidad y otras 1.500 hectáreas de nogal.
«Tenemos la situación idónea de frío y calor, agua y calidad del terreno para apostar por los frutos secos», destaca Aurelio González, coordinador de la Alianza UPA-COAG, organización que celebró ayer en Zamora el Primer Certamen de Frutos Secos en el que se abordó la viabilidad y cultivo del almendro, el pistacho, avellano y nogal.
González añade, por otra parte, que se trata de plantaciones «muy sostenibles, no tienen tanta necesidad de agua como los cultivos tradicionales por lo que tenemos potencial para crecer».
En su opinión, «las explotaciones tienen que buscar su futuro y hay que diversificar cultivos, vemos cómo el cambio climático afecta a los cereales y, dentro de lo posible, hay que diversificar con frutos secos o viñedos».
Asume que en Castilla y León «la superficie se está incrementando pero a menor ritmo que en otras regiones», al tiempo que recuerda que en Europa y en España, «el consumo e frutos secos se ha incrementado entre un 17 y un 18%».
En este sentido, «España es un país netamente importador de nueces, almendras, pistachos y avellanas» y según sus datos, «cada año se importan 16.000 toneladas de pistachos a España, además de los que tenemos y si se habla de nueces, más todavía, por lo que tenemos una potencialidad de venta».
Calidad diferenciada
De igual modo, alaba la calidad de los pistachos o nueces españolas, «es espectacular la diferencia en la calidad de estos productos nacionales con los que se importan de Estados Unidos o Chile».
En palabras de González, que conoce de primera mano estos cultivos pues tiene una plantación de pistachos, «solo es aprender a manejarlos».
Por otra parte, la idea de sostenibilidad y los buenos precios han pesado a lo hora de que los agricultores y personas totalmente ajenas al sector se hayan decantado por nuevas plantaciones, especialmente de almendros y pistachos.
Sobre este cultivo del pistacho hay que apuntar que a los cinco años de estar plantados los árboles «obtienes la producción suficiente como para invitar a los amigos; a los siete puede estar produciendo en condiciones y no es hasta los diez u once años cuando están en plena producción». Ya en esa plenitud, si las condiciones son favorables, se pueden obtener entre 1.500 y 1.800 kilos por hectárea.
La recolección del pistacho se lleva a cabo a finales del mes de septiembre o primeros del mes de octubre y el precio varía en función de si es ecológico o no y de la situación del mercado aunque a excepción de la pasada campaña en la que se intentó no rebasar los cuatro euros, se viene de campañas de entre cinco y seis euros por kilo. Muchas de estas producciones tienen como destino mercados europeos.
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