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Silvia G. Rojo
Sábado, 22 de abril 2023, 20:40
Alrededor de 200 personas se han dado cita este sábado en la localidad salmantina de Espeja, para mostrar su malestar por las condiciones de poda del monte que se les está obligando a llevar a cabo en determinadas zonas de la provincia por parte de ... los agentes medio ambientales.
Convocados por la Asociación 19 de Abril, cortacinos y propietarios forestales han creado un grupo cuyo primer objetivo es reunirse con los responsables de la Consejería de Medio Ambiente para explicarles el daño que causa en el monte «el tipo de poda que quieren imponer».
Así, desde esta asociación informan que «obligan a los propietarios a arreglar el monte de forma incorrecta, con podas que causarían un daño irreversible al arbolado de hacerse así puesto que consiste en dejar ramas derecho arriba, que necesitarían utilizar máquinas telescópicas en sucesivos arreglos, siendo inviable su uso en el monte de dehesa por sus características».
Según se pudo contabilizar en esta reunión, al menos una docena de los presentes ya se enfrenta a denuncias por realizar esta tarea según la forma tradicional. «La encina tiene la forma que tiene y los propietarios llevan generaciones cuidando y protegiendo su bien más preciado, el monte de encinas, quejigos y robles, único en toda la península, que es hoy lo que es gracias al cuidado que durante toda la vida le han prestado y dedicado para conservarlo diferentes generaciones», matizaron.
A pesar de que ya han mantenido reuniones con responsables provinciales en materia de Medio Ambiente y aseguran que se comprometieron «a revertir la situación y a dar las instrucciones oportunas a los agentes, pasado casi un mes, no hay ningún cambio y la situación sigue siendo la misma».
Cambiar las órdenes
Juan Luis Martín Sevillano, miembro de la 19 de Abril, consideró que es la Consejería «la que tiene que plasmar órdenes porque si se hace lo que pide la normativa, se cargan los árboles».
De ahí que insistan en mantener una reunión en Valladolid «para que se saquen normas que eviten estos problemas».
Laureano Hernández, cortacino, también precisó que «no se trata de tener barra libre para destrozar encinas sino hacerlo como toda la vida y que digan en qué se basan para exigirlo de otra manera, además, cada árbol es diferente».
Estos cortacinos, una de esas profesiones en peligro de extinción, son los encargados de cuidar el monte y en unos árboles realizan tareas de desmoche, que le dan más vida al árbol, pero tienen menos producción de bellota, y en otros olivan, que es limpiar la encina por dentro y dejar la copa para que produzca más bellota. Una encina puede variar su producción en un 50% de estar a no estar olivada. En el caso del desmoche hay que esperar unos cinco años para que vuelva a tener bellota.
Concluyen que las podas que realizan «no son para obtener leña, su fin es cuidar y limpiar los árboles por su fruto. Es su forma de vida y su principal recurso, la bellota y el cerdo ibérico de bellota criado en extensivo en dehesa. Por ello, año tras año se gastan su dinero en limpiarlo, porque son los más interesados en cuidarlo y conservarlo, motivo por el que su opinión debe tenerse en cuenta».
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