El campo abre sus puertas, diversifica y mira hacia las mejoras genéticas

La empresa KWS Semillas Ibérica está sembrando el futuro ofreciendo soluciones a las necesidades actuales del campo español. La pandemia, el cambio climático y la crisis de Ucrania han puesto en el punto de mira la capacidad de abastecimiento de materias primas y la dependencia de terceros países.

El campo experimental KWS ubicado en Simancas ha albergado la Jornada+KWS primavera para presentar las novedades de las variedades de cereales y colza y un ensayo de remolacha. Un recorrido por tres hectáreas y media donde se pudo comprobar in situ los resultados del trabajo de esta empresa líder en mejora genética vegetal y que se centran en el centeno híbrido de primavera, «todavía no es comercial este año, pero lo será ya el próximo año», adelantó, Santiago Felizia, Country manager de KWS España y Portugal; la colza, con un mercado en crecimiento y los cereales no híbridos que engloban cebada, trigo, avenas y guisante. Y también generó mucho interés el manejo de rebrotes de remolacha.

De cara a la siguiente jornada, ya en el mes de septiembre, «serán interesantes los trabajos con el maíz», apuntó Felizia en esta jornada de primavera que contó con la presencia de tres expertos que compartieron el resultado de su trabajo con los asistentes, Javier Fuertes, Product Manager del manejo de rebrotes de remolacha CONVISO SMART; Joaquín Kaspar, Product Manager centeno híbrido y colza 2022, y Sergio Hernández, responsable Cereales Hernán-Villa Genética KWS en cereales.

Las novedades que llegan son una oportunidad de diversificar y mejorar que los agricultores están dispuestos a escuchar de acuerdo con la opinión de Felizia, «lo bueno que tiene la gente de este sector es que son grandes adoptadores de tecnología. Cuando ven una propuesta que agrega valor y que supone un mayor potencial productivo, están abiertos a escuchar la información».

El primero de los ponentes, Javier Fuertes expuso las dos grandes líneas de trabajo con la remolacha. La primera, en colaboración con Bayer, ha resultado la variedad CONVISO resistentes a un herbicida de Bayer y la segunda, una nueva línea de variedades de Cercospora plus, resistente a la enfermedad de la Cercospora, «es muy importante para zonas de León y la Rioja donde tienen una incidencia alta de este problema», explicó.

Reivindicó un programa nacional para relanzar este cultivo que ha sufrido en los últimos años una importante pérdida de superficie: «En Castilla y León no tenemos tantos cultivos en regadío como para rotar. Si desaparece la remolacha nos quedarán cereales, maíz y patata, pero realmente es clave tener cuatro o cinco cultivos en regadío desde el punto de vista agronómico».

En cuanto a la intervención de Joaquín Kaspar, «el centeno híbrido de primavera ofrece la posibilidad de siembras de noviembre y cosechas algo adelantadas, pero también resiembras de enero o febrero». Asimismo, mencionó el potencial de la colza, que «el que lo conoce sabe que es un cultivo de negocio realmente interesante».

Por su parte, Sergio Hernández de Genética KWS se centró en la genética disponible para cereales híbridos, «además del centeno tenemos un programa de investigación muy potente en trigos, cebadas, avenas y guisantes», y en este sentido, lo que están por llegar son las soluciones a problemas como la tolerancia enfermedades intratables con productos químicos y los efectos del cambio climático con cambiantes golpes de calor y frío.

«Ofrecemos además mayor calidad en el producto final pensado para alimentación humana», apuntó Hernández que reconoció una tendencia al alza en el consumo de los productos verdes. Las nuevas tendencias de alimentación sostenible se apoyan en investigaciones sobre los copos de avena o la carne basada en proteína vegetal, «adecuamos los productos a la nueva demanda del consumidor», concluyó.

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