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Riego de maíz esta campaña en el Bajo Duero, en la localidad vallisoletana de Pollos. S. G.
La campaña de riego concluye de forma «satisfactoria» y con los embalses del Duero al 31,7%

La campaña de riego concluye de forma «satisfactoria» y con los embalses del Duero al 31,7%

Las lluvias de los meses de junio y septiembre han sido determinantes pues se produjo una «drástica» reducción de la demanda de agua

Silvia G. Rojo

Jueves, 28 de septiembre 2023, 17:28

Las comunidades apuran el riego. «Hicimos un plan hasta el 30 de septiembre y todavía estamos dando agua, lo más fuerte ha pasado pero si fuera necesario podríamos dar un riego de apoyo para la remolacha, por ejemplo, o para que nazca un cultivo, serían ... ya cosas muy puntuales aunque también muy necesarias». Así describe el momento actual el presidente de la Comunidad de Regantes del Canal del Pisuerga, Luis alberto Nebreda, un día antes de que termine oficialmente la campaña de riego. Todos los riegos que se den a partir de ahora tendrán que ser autorizados por el Organismo de Cuenca.

La palabra con la que resume lo vivido estos meses es «compleja» pues hay que recordar que ese sistema Pisuerga-Bajo Duero partía con ciertas limitaciones en el riego, en concreto con una dotación de 3.500 metros cúbicos por hectárea. «Comenzamos con una falta de agua muy importante, esa primera etapa fue muy difícil, pero junio fue muy generoso en precipitaciones y prácticamente paramos el riego pues aunque no era suficiente para almacenar, bastante fue no gastar».

En esta comunidad cada comunero ha gestionado su parte de agua «y hay gente que ha llegado sin problema al final de campaña y otra más apurada». Por eso resume que sin ser una campaña buena «estoy razonablemente satisfecho con el resultado».

Pensando ya en el futuro, Nebreda recuerda que en los últimos seis años «tres han sido muy malos para el riego, debe haber un micro clima que hace que no llueva ni nieve lo suficiente y si todo el mundo piensa en el cambio climático y en un futuro menos optimista, la Confederación tendrá que ir pensando en un plan B para el Pisuerga-Bajo Duero y contar con la aportación de otros sistemas para el Bajo Duero, no solo la del Pisuerga».

De manera general, los embalses gestionados por la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) van a terminar el año hidrológico al 31,7% de su capacidad total, un valor superior al de hace un año (28,9%) y ocho puntos porcentuales por debajo de la media de la década (39,6%).

«La cuenca ha sufrido de nuevo un año seco, de forma generalizada, si bien con efectos desiguales en cada uno de los sistemas», apuntan desde la CHD. «Este año la climatología ha sido muy variable: se han registrado mínimos históricos en cuanto a aportaciones a la mayoría de los embalses de la cuenca en los meses de abril y mayo, en especial, en los sistemas Pisuerga y Arlanzón que, junto al Águeda, no han alcanzado el 80% de las aportaciones medias en el primer semestre del año».

Coinciden en que la climatología de junio y septiembre, «con una drástica reducción de la demanda de agua de los regadíos, ha permitido llegar a 30 de septiembre con unos niveles de reservas en los embalses superiores a los previstos, facilitando así el desarrollo de la campaña de riego, aunque no pudiendo evitar la aplicación y permanencia de limitaciones extendidas durante toda la campaña en el sistema Pisuerga – Bajo Duero».

Dejando de lado esas limitaciones, «la campaña de riego se ha desarrollado en la cuenca de forma satisfactoria y sin graves trastornos», aseguran desde la CHD, «todos los sistemas de explotación cumplirán con los volúmenes de embalse que se habían fijado como mínimos para el final del año hidrológico por la Comisión de Desembalse».

El 40% de la cuenca está en alerta o en emergencia

Respecto a la situación de sequía meteorológica en la cuenca, el año hidrológico comenzó en una situación «muy comprometida», ya que a final de noviembre un 70% de la superficie de la cuenca se encontraba en situación de sequía prolongada. «Las copiosas lluvias de diciembre y enero hicieron que de enero a mayo toda la cuenca se encontrara en normalidad». A partir de mayo la superficie de la cuenca en situación de sequía prolongada fue creciendo hasta alcanzar un 90% en julio de 2023, «lo que ofrece una idea de la ausencia de precipitaciones y escorrentías», explican desde la Confederación.

Con respecto a la escasez, señalan que se ha finalizado el año con un 40% de la cuenca en situación de alerta o emergencia, centrada en las UTEs (unidades territoriales de sequía prolongada) centrales de la cuenca Carrión, Pisuerga y Bajo Duero.

El año hidrológico 2022/2023 comenzó con siete UTEs con sequía declarada por el Organismo de cuenca: Támega-Manzanas, Tera, Órbigo, Torío-Bernesga, Carrión, Pisuerga y bajo Duero que ocupan el 38% de la superficie de la cuenca. En marzo de 2023, debido a las copiosas lluvias de diciembre y enero, salieron cuatro UTEs de esa situación, permaneciendo en situación excepcional de sequía prolongada Torío-Bernesga, Pisuerga y Bajo Duero que ocupan un 20% de la superficie de la cuenca.

Los indicadores complementarios de aguas subterráneas en aguas altas (registros de primavera) reflejan una situación de normalidad en cinco de las seis masas de agua analizadas.

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