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«Hoy en día, la gran mayoría de plagas se producen por la acción humana». Estas palabras llevan la firma de Laura Hernández Dato, del Área de Sanidad Vegetal del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, que junto con la Autoridad Europea deSeguridad Alimentaria (EFSA) está llevando a cabo el programa #PlantHealth4Life. En el caso de Castilla y León, también están implicados los servicios de Sanidad Vegetal y Forestal.
El objetivo de esta iniciativa es sensibilizar a la ciudadanía comunitaria sobre el papel que juegan las personas en la propagación de plagas vegetales, a través de actos de la vida cotidiana, como viajes o compras de plantas exóticas. Precisamente, uno de los hitos de la campaña está orientado a la concienciación durante el periodo estival, ya que se trata de la época del año con mayor movimiento de motivación turística y de ocio.
«Con esta campaña tratamos de llegar a distintos segmentos de la población», comenta Laura Hernández. «El primero de ellos es el que viaja en verano fuera de la Unión Europea, para concienciarles de que a su regreso a España o a otros territorios no traigan vegetales». Esto incluye semillas, plantas, esquejes o madera. La experta asegura que «sorprende» el número de personas que se traen este tipo de materiales de sus vacaciones, y «aunque aparentemente estén sanos, pueden venir plagas que no están presentes en nuestro territorio».
Igualmente, se quiere concienciar a la población infantil y las las familias concernidas por la alimentación, el medioambiente y la agricultura sobre estas plagas cuarentenarias, es decir, «aquellas que no están en nuestro territorio pero se introducen por la acción humana». También se persigue que los amantes de las plantas o los propios agricultores conozcan el pasaporte fitosanitario, un documento con la información básica sobre el origen, la trazabilidad y el cumplimiento de la normativa fitosanitaria de semillas, esquejes, bulbos, plantas, árboles o cualquier vegetal. Es el pasaporte que utilizan los operadores profesionales, ya que la salud de las plantas también está estrechamente vinculada al comercio internacional.
Los promotores de la campaña recuerdan que uno de los ejemplos de «desastre fitosanitario» más significativo es de la Xylella fastidiosa, una bacteria fitopatógena sin cura conocida que llegó de América y que ya ha afectado a grandes extensiones de cultivos como el olivo, la vid, el almendro o la flora natural de varios países de Europa, incluida España.
En Castilla y León, por ejemplo, hay dos bacteriosis que afectan a la patata y están presentes en varias provincias: 'Clavibacter sepedonicus', conocida como la podredumbre anular de la patata y 'Ralstonia solanacearum', podredumbre parda de la patata. «Se propagan por tubérculos infectados, pueden resistir en zonas de riego y que la contaminación venga por el riego, pero sobre todo por el tubérculo infectado», explica Laura Hernández. «Cada vez que aparece un brote hay que aplicar medidas de erradicación, no se puede dejar ahí», subraya Hernández, quien recalca que estas enfermedades «no estaban presentes en España» y su impacto es «considerable».
De manera general, cuando los viajeros llegan a la UE de un tercer país, las plantas, flores, frutos, semillas y tubérculos serán retirados del equipaje personal de los viajeros, a menos que vayan acompañados del certificado fitosanitario. Solo coco, piña, plátano, durión y dátil están exentos de ese control.
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