Las altas temperaturas amenazan colzas y agostan los pastos

Dujo insiste en que a pesar de las circunstancias, con un terreno «muy seco», la labor hay que hacerla. En su provincia, Palencia, en septiembre cayeron 100 litros «que es lo que nos ha valido un poco para levantar el rastrojo y poder empezar las labores de siembra».

Hace referencia a las colzas y vezas que se sembraron ese mismo mes y que han nacido «muy bien con las aguas de septiembre, pero es que llevamos más de 15 días con temperaturas que pasan los 30 grados y esos cultivos pueden peligrar».

Dujo añade que las lluvias de hace un mes auguraban «una otoñada buena y poder hacer las labores de sementera con humedad, pero no es normal tanto calor por el día y que no refresque por las noches, no hay humedad, daban lluvias para este fin de semana, pero en algunas zonas parece que serán pocas o nada, y esto nos pone en una tesitura complicada a la que hay que sumar la subida de costes».

Desde el punto de vista ganadero, lo que se preveía como una buena otoñada «el calor se lo está llevando, la hierba se está secando», en un año con dificultades de todo tipo, como los altísimos costes o las enfermedades que está aquejando a la cabaña ganadera.

Por su parte, el máximo responsable de UCCL, Jesús Manuel González Palacín, comenta que este tiempo «solo es bueno para cosechar girasol», una de las tareas en las que en estos momentos se ve inmersa el campo.

«La gente está sembrando y preparando el terreno para sembrar en seco», y aunque esta no es la situación ideal «la gente que tiene muchas hectáreas tiene que adelantar trabajo». Reconoce que la labor «está hecha en muchas zonas, ahora se necesita que llueva para terminar de preparar y octubre y noviembre son buenos meses para sembrar, esperemos que caiga agua de verdad al final de semana».

Coincide en que las colzas «lo están pasando muy mal, aguantan más las de siembra directa que las de convencional porque conservan mejor la humedad, pero en los sitios más arenosos se están secando».

En el caso de los pastos para la ganadería el panorama lo califica como «demoledor» pues «estas temperaturas son totalmente anormales, la situación es más extraordinaria que otros años, estamos a más de 30 grados en El Pilar, cuando lo normal pueden ser 20 0 25 como mucho».

Aurelio González, coordinador de la Alianza UPA-COAG junto con Lorenzo Rivera, vive en primera persona la situación de la colza y en Zamora, donde mantiene su explotación, asegura que «si de momento aguantan, es porque por la noche está bajando la temperatura, pero el terreno se está secando de mala manera».

Al igual que el resto de compañeros hace referencia a las lluvias de septiembre, «con esos litros que cayeron se presentaba todo muy bien, pero este octubre con estas temperaturas no está siendo normal, las plantas se están volviendo locas, y ves cerezos echando flor, y los pastos se están agostando».

Concluye que «esto del cambio climático es para hacérselo mirar, el que no lo crea y lo niegue, no está en el campo ni sabe lo que dice».