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«La situación es mala, pero estamos en febrero y todavía hay tiempo de cambio». Esa es la «nota de optimismo» que deja el presidente del Canal de Pisuerga, Luis Alberto Nebreda, tras saber que su comunidad y todas las de ese sistema cuentan con ... 2.500 metros cúbicos por hectárea, «un tercio del agua de un año normal», aclara.
Estos han sido los primeros regantes en conocer de manera más certera la situación a la que se enfrentan tras comenzar la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) las Juntas de Explotación ordinarias de inicio de campaña con los sistemas Pisuerga y Bajo Duero. El 10 de marzo, está previsto que finalicen con el Carrión, otro de los sistemas que mayores dificultades presenta. «Tenemos que asumir el escentario, es malo», reconoce Nebreda. «Este primer trimestre del año va a marcar mínimos históricos de recogida de agua. A la ausencia de lluvias se suma la falta absoluta de nieve y el poco agua en el sistema».
En estos momentos, los tres embalses que conforman el sistema Pisuerga (Cervera-Pisuerga, La Requejada y Aguilar de Campoo) se encuentran al 37,5% de su capacidad, 120 hectómetros cúbicos.
Haciendo la peor proyección de recogida de agua se podrían sumar otros 30 hectómetros cúbicos «pero de esa teórica cantidad de 150 hectómetros cúbicos, al final del verano hay que dejar 50 hectómetros de resguardo, así que si se cuenta con 100 hectómetros para riego significa que tenemos disponibles 2.000 metros cúbicos por hectárea».
Los otros 500 que están asegurados a día de hoy «salen de sumar el volumen de las escorrentías de otros sistemas». Las mejores hipótesis hablan, incluso, de llegar a los 3.000 hectómetros cúbicos. «Es un escenario razonablemente posible pero no es seguro, dependerá de la evolución de la climatología», alega Nebreda. «La única seguridad ahora mismo es lo que se va a elevar a la Comisión de Desembalse, 2.500 hectómetros cúbicos».
Los agricultores tienen al menos un mes de margen para decidir si se decantan por cultivos que tienen alta demanda de agua como el maíz o la remolacha que precisan de hasta 6.000 y 7.000 metros cúbicos por hectárea. «Como se hace una adjudicación a cada explotación, el regante lo hace como quiere, y pueden condenar un cereal para sembrar maíz o remolacha, aunque lo veo muy poco posible porque la sementera ha sido muy costosa». Otra opción es que muchos de esos cultivos de verano se trasladen al girasol, que necesita mucho menos riegos.
Situación revisable
Desde la Confederación se recuerda que al igual que ocurriera en años anteriores, «en aquellos sistemas cuyos embalses se encuentran en situaciones más comprometida, dichas dotaciones podrán ser objeto de revisión durante la primavera, en función de la climatología».
Además, «siempre que se encuentre justificado, el organismo tratará de flexibilizar el inicio de la campaña de riego antes de la fecha oficial del 1 de abril».
En estos momentos, los embalses gestionados por la CHD se encuentran próximos al 63% de su capacidad total, con 1.808 hectómetros cúbicos de agua almacenados, lejos de los 2.381 hectómetros cúbicos que se almacenaban hace un año (83%), y casi cien hectómetros cúbicos por debajo de la media de los diez últimos años (1.911 hm3).
La situación en la cuenca del Duero es «muy desigual», y es necesario discernir por sistemas de explotación: la mejor situación se encuentra en los embalses leoneses de Porma y Riaño, así como en Ávila (Castro de las Cogotas), embalses que se sitúan en niveles superiores a la media de los últimos diez años. En el otro extremo, se colocan los embalses de la provincia de Palencia, donde el sistema Carrión solo llega al 46,9% y el Pisuerga se sitúa al 37,5%, un valor crítico que su
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