El aclareo de racimos para buscar la calidad

El viticultor de Ribera del Duero, Nacho Rincón, se encuentra estos días en plenas labores de aclareo de racimos en sus viñedos situados en la localidad burgalesa de Moradillo de Roa. En la Denominación de Origen hay restricciones de aforo y se marca un rendimiento máximo por hectárea de 7.000 kilos. Aunque algunos contratos privados entre bodegas y viticulores marcan rendimientos menores para garantizar la máxima de las calidades del fruto. El viticultor, tijera en mano, recorre sus planteles descargando racimos de tempranillo. «Es una pena, pero si quieres buscar la calidad es importantísimo quitar uva», desvela.

Manos a la obra, detalla cómo se realiza el proceso. «Si dejas dos racimos por poda es demasiado, entonces nos interesa quitar uva. Es muy fácil, vamos recorriendo todo el plantel y descargamos racimos. Había tres racimos, quitamos de arriba y dejamos el primero», narra el viticultor mientras procede a la tarea.

El momento

Otra de las incógnitas es saber exactamente cuál es el momento adecuado para proceder al aclareo de racimos. «La fecha de quitar depende de muchas cosas. De si ha llovido mucho, si hace mucho calor, si es la planta joven se necesita hacerlo antes, si es más vieja a lo mejor si quitas antes el racimo engorda mucho… Cada uno conoce sus planteles y tiene que tomar su decisión», recomienda Nacho.

El Consejo Regulador de Ribera del Duero marca el 5 de septiembre como fecha límite para proceder al aclareo de racimos. En la normativa se especifica que « si con posterioridad a la citada fecha y siempre que la parcela afectada no supere la producción reglamentaria máxima admitida por hectárea, algún titular de viñedo inscrito desea realizar la práctica de «aclareo de racimos», deberá solicitar por escrito al Consejo Regulador el permiso pertinente con 48 horas de antelación a su ejecución, para que los Servicios Técnicos realicen las comprobaciones oportunas y se pueda proceder, en su caso, a dicha autorización».

El ente regulador también incide en que la totalidad de la uva procedente de las parcelas de viñedo, cuya producción tenga un rendimiento que exceda de los rendimientos máximos establecidos para un nivel de protección, será destinada a la elaboración de vino acogido a otro nivel de protección para el que se permitan rendimientos superiores, o en su defecto, a otros usos.