Secciones
Servicios
Destacamos
AYTHAMI PÉREZ
BURGOS
Jueves, 1 de noviembre 2018, 09:13
Los epitafios, las esquelas, las necrologías son una forma de seguir existiendo. Las palabras nos sobrevivirán. Desde los epitafios griegos y latinos hasta los más actuales, el deseo de durar y perdurar no es solo síntoma de los poetas o artistas.
Ya en la ... Vía Apia, una de las más importantes calzadas de la antigua Roma, se podían leer epitafios en las lápidas. El hombre y su ardua búsqueda de la inmortalidad se reflejan en estas frases que quieren prolongar la existencia de uno, sobreviviendo al cuerpo.
Formas de enfrentarse a la muerte, propia y ajena, hay tantas como personas, por eso los epitafios se mueven entre el humor, el cariño, las frases literarias y el misticismo. Los epitafios los puede escribir uno mismo o ser el reflejo del pensamiento que se dedica a una persona fallecida. Hay ejemplos muy conocidos como el escrito en la tumba del cineasta Billy Wilder: «Soy escritor, pero nadie es perfecto», el del cantante Frank Sinatra: «Lo mejor está por llegar» o el «Feo, fuerte y formal» del actor John Wayne.
La muerte puede llegar a ser tan extravagane e interesante como la vida misma. Ninguna existiría sin la otra. Un ejemplo, Nieves Concostrina, autora del libro 'Polvo eres', tiene documentados en España hasta seis casos del falso epitafio atribuido a Groucho Marx: «Disculpen que no me levante». En el cementerio de San José de Burgos también tiene documentada Concostrina una tumba con la frase: «¿Veis como sí estaba enfermo?». Los trabajadores del cementerio confirman que han visto esta lápida pero, en un cementerio de 37 hectáreas, encontrarla no es tarea fácil. Recuerda esta a la del escritor, historietista y periodista español de los años 50 y 60, Miguel Mihura, que dejó muy claro en su lápida: «Ya decía yo que ese médico no valía mucho». Un paseo por el cementerio de San José garantiza una miscelánea de frases curiosas.
«En este mismo lugar no cabe ninguno más, para así evitar exhumar los restos de los que estamos acá». Los moradores de esta tumba no quieren compartir su espacio con nadie más. Muchos de los epitafios más humorísticos son encargados por el fallecido antes de la muerte, ya que en esos momento de dolor, la familia no está para bromas.
«Vivir en los corazones de aquellos que nos quieren, no es morir». Dicen que las personas solo desaparecen cuando alguien las olvida y esta persona siempre estará en el recuerdo de sus seres queridos.
Los hijos de este hombre conocían bien a su padre y no quisieron que la eternidad borrase su arrolladora personalidad.
«Viviste de tal suerte que viva quedas en la muerte». Otras personas recuerdan a sus seres queridos con frases más místicas. En este caso con una pequeña variación de un enunciado que algunos atribuyen a Santa Teresa de Jesús.
«Solamente lo pasado queda», dijo Unamuno y así quisieron reflejarlo en esta tumba recordando que siempre que echemos de menos a un ser querido, estará en nuestros recuerdos.
En otros casos, se opta por mensajes optimistas y afectivos para despedir al fallecido y recordarle tras su muerte.
«Cuando nos falten nuestros seres queridos la forma de hacer que vivan más tiempo es no dejar de amarlos nunca». El recuerdo y el amor son dos de los antídotos para superar la despedida de un ser querido.
La tradición de los epitafios entronca con otra costumbre popular en los cementerios construidos en el siglo XIX extramuros de las ciudades, la de colocar en la entrada del camposanto una frase relativa a la muerte. En el cementerio de Gallejones (del Ayuntamiento de Valle de Zamanzas) una frase reza una advertencia a los visitantes: «Hoy yo mañana tú».
«Pronto dirán de vosotros lo que decír de nosotros ¡ha muerto!» advierte también la pared del cementerio de Peñacoba, pedanía de Santo Domingo de Silos.
«Como te ves yo me vi como me ves te verás piensa un poco y no pecarás». Las paredes del cementerio de Peñacoba tienen mucho hueco para frases trascendentes y también han encontrado espacio para lanzar un consejo a los vivos.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La proteína clave para la pérdida de grasa
El Comercio
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.