Adrián Blanco en The Washington Post. BC
Burgaleses ante el coronavirus

«En Washington el confinamiento no es tan estricto como en España»

Adrián Blanco, mirandés afincado en Estados Unidos ·

El periodista sigue la crisis de la COVID-19 desde su puesto en el Washington Post, en el país con más contagios y más fallecimientos del mundo

Gloria Díez

Burgos

Miércoles, 6 de mayo 2020, 08:32

Cuando BURGOSconecta entrevistaba al joven burgalés, Adrián Blanco, a principios de marzo para conocer su experiencia como periodista de datos en el Washington Post, nadie imaginaba que poco después estallaría la crisis del coronavirus, que ha derivado en estrictas normas de confinamiento y distancia ... social a nivel mundial.

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Esta vez, Blanco ofrece su testimonio desde su domicilio en Washington D.C., porque el diario apostó por el teletrabajo hace casi dos meses. «Aquí el confinamiento comenzó hace un mes pero muchas empresas decidieron mandarnos antes a trabajar desde casa al ver cómo iba poniéndose la situación», explica Blanco. Él está viviendo la evolución de la pandemia en el país con más fallecidos y más casos positivos de COVID-19 del mundo, pero insiste en que «hay mucha diferencia por estados y ciudades».

«En Washington D.C. no hay tantos contagios como en Nueva York, por ejemplo, que es el epicentro», asegura y señala que «las normas de contingencia son distintas en función de cada zona. «En realidad aquí el confinamiento no está siendo tan restrictivo como en España, sí está prohibido por ejemplo salir en grupo, pero está permitido hacer deporte al aire libre», afirma. En su caso, reconoce estar tranquilo y seguir las recomendaciones que se han realizado desde la administración, «nosotros solo salimos una vez a la semana para ir a hacer la compra y siempre con mascarilla».

La realidad es que en la ciudad en la que reside, por sus características, «el aislamiento social es más fácil y más llevadero». Esto se debe a que, a pesar de tratarse de la capital del país, «no hay mucha densidad de habitantes por kilómetro cuadrado y la mayoría de los barrios son de viviendas unifamiliares». Por este motivo, Blanco reconoce: «Cuando sales a la calle tampoco te encuentras con mucha gente ni hay masificaciones, nunca hemos esperado más de diez minutos en la cola del supermercado».

Sin embargo, y a diferencia de España, en muchos de los establecimientos de alimentación de Washington sí es obligatorio cubrirse la boca y la nariz para poder entrar. «No es imprescindible una mascarilla pero sí llevar algo que te tape», indica y añade una particularidad que también se ha vivido en Burgos, el problema con el suministro de mascarillas, «durante muchas semanas no ha habido abastecimiento suficiente».

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En Miranda de Ebro, zona cero de la provincia al inicio de la emergencia sanitaria, su familia se encuentra bien y el periodista se siente afortunado porque no tiene «a nadie muy cercano afectado directamente». Blanco continúa comunicándose con sus allegados con normalidad, «nosotros ya utilizábamos el sistema de videollamada y seguimos hablando como siempre». En cuanto al comportamiento de la sociedad estadounidense en comparación con la española, no percibe diferencias y descarta que el confinamiento sea menos restrictivo en Washington por la disciplina de la ciudadanía: «Es como todo, hay quien no se lo tomaba en serio pero, vista la gravedad, todo el mundo respeta las normas en general, el uso de mascarilla, el número de personas dentro de los establecimientos, la distancia social, etc.»

Desde su perspectiva en primera persona en Estados Unidos y como periodista de datos en el Washington Post, cree que la situación en ambos países irá evolucionando favorablemente aunque se tarde tiempo, «creo que irá bien porque con la experiencia previa de lo que hemos pasado será más fácil la toma de decisiones si vuelve a haber un repunte», concluye.

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