Vuelven las cañas después del trabajo en Burgos

Los había con bufanda, algunos incluso con gorro, y luego estaban los que llevaban la chamarra sin abrochar, con la intención de desafiar a los 8º grados que marcaban los termómetros a las 20:00 horas en Burgos. Comentarios de moda aparte, los burgaleses han disfrutado esta tarde de la ampliación del cierre de la hostelería. Hasta las 22:00 horas (no se podían atender clientes a partir de las 21:30 horas) podía permanecer uno en la terraza, siempre y cuando su hogar estuviera cerca de casa por eso del toque de queda. El cual aún no se rebaja.

Y esas dos horas más de poder estar sentado en una terraza se notaron, tanto para los hosteleros como para los ciudadanos, que aprovecharon ese nuevo horario para disfrutar de unas cañas, sobre todo, después de la jornada laboral.

El cierre de la hostelería a las 20:00 horas obligaba a muchos vecinos a completar diariamente el recorrido de casa al trabajo, dejando de lado, en muchas ocasiones, 'el tomar algo' tras la salida. Eso ha cambiado este viernes en Burgos, que ha acogido a esa clientela, cumpliendo con las medidas de seguridad, en las sillas y mesas al aire libre.

Así que zonas como La Flora presentaban una imagen similar a la de otros viernes de pandemia, sin sillas para sentarse y con una improvisada lista de espera para ocupar localidad. A las 21:30 horas, las terrazas se empezaron a despoblar y se repetía la historia de otros días, pero, en esta ocasión, dos horas más tarde. Aun así, fue necesaria presencia policial en Las Llanas para que se cumpliera el toque de queda.

La hostelería y la sociedad ha desescalado este viernes un pequeño peldaño. Continuará.