La víctima de la Malagueta percibió que los detenidos iban a violarla por turnos

La noche en la que ocurrieron los hechos, la madrugada del lunes 9 de mayo, había salido a tomar algo con dos amigos a un bar de copas de La Malagueta. Relató que en un momento dado estos se fueron y que se quedó allí sola, momento en el que comenzó a charlar con dos hombres de aspecto magrebí. Más con uno de los dos chicos, que le contó que se encontraba en Málaga de vacaciones, donde iba a pasar seis meses.

Aseguró que todo fue muy cordial. Que no hubo ni besos ni tocamientos. Además, relató que no había bebido mucho, unos cuatro botellines de cerveza, pero que se encontraba con síntomas de embriaguez.

Las dos chicas que la siguieron porque sospecharon de que pudieran hacerle algo y que avisaron a los policías que frustraron una supuesta violación múltiple corroboraron esta versión y afirmaron que la víctima estaba muy borracha.

La mujer indicó que el chico con el que más hablaba le propuso marcharse del bar, a lo que ella accedió. Una vez en la calle le dijo de ir a la playa, algo que la víctima asegura que aceptó porque pensaba que iban a pasear.

Una vez en la playa empezaron los problemas. Según su declaración, el chico intentó convencerla para que lo besara, abrazándola en numerosas ocasiones sin dejarla marchar, mientras la mujer intentaba zafarse de él sin éxito.

Ella indicó que insistía en que no lo conocía de nada y que no iba a besarlo. Después todo sucedió «muy rápido». Le contó a los policías cómo su agresor se abalanzó sobre ella y la tiró a la arena de la playa. Después aseguró que la desnudó de cintura para abajo y comenzó a violarla.

Pese a que ella intentaba escapar y que insistía en que no le hiciera aquello, el chico continuó con la agresión sexual, según explicó. Al respecto, concretó que el hombre era muy alto y corpulento, por lo que no pudo escapar.

La víctima dijo a los policías nacionales que entonces se dio cuenta de que no estaban solos en la playa. Junto a ellos aparecieron otros dos chicos, que no se encontraban allí antes. Indicó que estaban en actitud de espera y que fue entonces cuando percibió claramente que estaban esperando su turno para violarla.

La mujer insistió a los agentes que había intentado librarse de su agresor con todas sus fuerzas, pero que la violación continuó hasta que llegaron los policías nacionales que actuaron. Fueron ellos los que, además de frustrar que todo continuara y recuperar el bolso de la víctima, detuvieron a los tres sospechosos.

Tras su arresto, los tres arrestados -hombres de 19 a 31 años y de origen marroquí- pasaron a disposición judicial. Según fuentes cercanas al caso, el magistrado que se encontraba de guardia optó por enviar a prisión a dos de los sospechosos y dejar en libertad provisional al tercero atendiendo a la escena que se encontraron los policías al llegar al lugar de los hechos.

Los agentes sorprendieron in fraganti a uno de los detenidos cuando, al parecer, forzaba sexualmente a la víctima, mientras que el segundo estaba, aparentemente, preparado para hacerlo. En concreto, se encontraba solo a unos metros con los pantalones bajados y sentado sobre el bolso de la víctima.

El tercero de los investigados, aunque se encontraba en el lugar cerca de los otros dos, no estaba en la misma disposición, de ahí que el juez y el fiscal hayan considerado que su grado de implicación sería menor. Además, parece ser que no tiene relación con los otros dos implicados, que sí son amigos o al menos conocidos.