El Mercedes que utilizaron tanto don Juan Carlos y doña Sofía -antes y después de ser proclamados Reyes-, como don Juan de Borbón ha sido vendido en una subasta en internet por 19.000 euros.
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El lote, que fue ofertado en la página de ... Catawiki, se cerró el pasado día 9 y fue adquirido por un coleccionista español de coches clásicos. El Mercedes Benz 300 SEL, fabricado en 1971, había estado expuesto en la XVI edición de la Feria del Retromóvil de Madrid, entre el 30 de noviembre al 2 de diciembre, para que los posibles compradores pudiesen verlo. Ciertamente el vehículo no está en su mejor momento.
Este coche acompañó a los Príncipes y luego Reyes en al algunos de sus viajes y ceremonias oficiales desde 1973 hasta 1977. La medidas de seguridad aconsejaban dotar a la Casa Real de vehículos blindados, por lo que ese año el Mercedes 300 quedó aparcado en las cocheras de La Zarzuela y luego fue trasladado hasta las del Parque Móvil de Ministerios. Allí pasó a forma parte de la flota de vehículos secundarios de representación.
Según su documentación, en 1984 la Administración sacó a subasta pública este Mercedes SEL, con motor de gasolina de 3,5 litros y cambio automático. Fue rematriculado y vendido a un particular por 387.783 pesetas, unos 2.330 euros, una cantidad entonces nada desorbitada, por no decir barata para un vehículo de esa categoría y con tanta historia a sus espaldas. En 2007 fue adquirido por una familia de Barcelona coleccionista de Mercedes.
El coche cuenta con techo practicable sobre las plazas delanteras, tapicería en piel blanca, volante en mismo color y remates en madera. Al acabado original se le han añadido reposacabezas en los asientos y halógenos amarillos en el parachoques delantero. En el momento de la última subasta, con el odómetro marcando 93.800 kilómetros, el Mercedes todavía lleva en las aletas delanteras el portabanderines donde se enganchaban las enseñas de la Casa del Rey.
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El paso de tiempo no ha jugado mucho a favor de este coche, que presenta raspones, golpes en la parrilla del radiador y puntos de óxido en la chapa. Unos problemas que se solucionarán con un paso por el taller, donde se dará lustre de la piel y la madera el salpicadero, para devolver el mejor a este clásico al aspecto que tuvo en los albores de la Transición.
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