Tormenta mortal en Córcega: un vendaval con rachas de hasta 224 km/h deja cinco muertos, entre ellos una menor de 13 años

Los habitantes de Córcega son los que padecen las consecuencias más dañinas del temporal. De las 350.000 personas que habitan la isla, 35.000 hogares se han quedado sin electricidad en algún momento de la jornada de ayer. Los bomberos, la gendarmería y la policía local intervinieron con muchos riesgos con bastante celeridad. En apenas seis horas se sucedieron más de setenta intervenciones de urgencia, en una isla muy pequeña, cuando los cortes de los suministros eléctricos paralizaron en bastante medida todos los servicios públicos, aislando a decenas de miles de familias.

Las autoridades francesas confirmaron anoche la muerte de una niña de 13 años tras la caída de un árbol en un camping al sur de Córcega, además del de una mujer de 72 años que falleció después de que su automóvil fuera golpeado por cascotes que provenían de un cobertizo, según ha recogido el diario italiano 'La Stampa'. Otra de las víctimas por el temporal en Córcega es un ciudadano francés de 46 años que ha fallecido tras caer un árbol encima del bungalow en el que se alojaba. En ese mismo camping, una mujer italiana de 23 años ha resultado herida por el temporal y ha sido trasladada al hospital en estado crítico, según ha recogido 'Rai News'. Un pescador de 62 años y una mujer que hacía kayak completan la lista de fallecidos en la isla francesa.

El temporal también ha azotado a la Toscana, donde al menos dos personas han muerto golpeadas por árboles y otras veinte han resultado heridas, algunas de gravedad, según ha informado el presidente del consejo regional, Antonio Mazzeo, en su perfil oficial de Facebook. El mal tiempo que afectó anoche a la región norteña de Emilia-Romagna, en la provincia de Módena, también ha dejado su huella en la zona de Módena. Así, en el municipio de San Felice sul Panaro, se han registrado «enormes daños», según han informado las autoridades, y al menos once familias han sido evacuadas después de que las fuertes rachas de viento se llevaran el techo de un edificio.