Vela Zanetti, el muralista de los campesinos

De Milagros a León

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José Vela Zanetti nació en el pueblo burgalés de Milagros en 1913. Pronto el pintor se trasladó con su familia a León donde descubrió su vocación por la pintura en una edad muy temprana. Aunque no cursó estudios oficiales, recibió desde la adolescencia clases particulares de dibujo con Lucas Pérez Morales en León y con José Ramón Zaragoza en Madrid. Fue el prestigioso Manuel Bartolomé Cossío, pedagogo vinculado a la Institución Libre de Enseñanza y a la Fundación Sierra Pambley, quien le orientó hacia la pintura mural que consideraba más adecuado en el proceso de culturización de las clases populares.

Regresó para unirse al bando republicano

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En 1932 expuso por primera vez en León con Wilfredo Lam, con quien entabló amistad en su pensión de Madrid. En 1933 viajó a Italia con una beca de la Diputación de León para conocer directamente los grandes frescos del Renacimiento. Vela Zanetti siempre consideró que su obra dialogaba con la tradición renacentista. Al regresar a España pintó un conjunto mural en la Casa del Pueblo de León que fue destruido durante la Guerra Civil. Al iniciarse esta contienda regresó a España para unirse al bando republicano.

En República Dominicana comienza su labor como muralista

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Su experiencia durante la guerra impregnó toda su pintura posterior, sobre todo la de temática campesina. Durante la contienda trabajó y dirigió revistas para los combatientes como 'Hierro', 'Nuevo Ejército' y 'Trincheras'. Tras la caída de Barcelona abandonó España y desde Burdeos embarcó hacia la República Dominicana, fue en este país donde comenzó su gran labor como muralista. El primer mural de su exilio lo pintó en Puerto Rico y fue tapado por considerar los feligreses que los apóstoles habían sido representados de forma excesivamente ruda. En 1949 fue nombrado director de la Escuela Nacional de Bellas Artes de Puerto Rico. Con una beca de la Fundación Guggenheim. En 1951 recibió el encargo de realizar un gran mural para la sede de las Naciones Unidas de Nueva York. El mural se inicia con una condena del Holocausto y de las consecuencias de la guerra sobre la familia, pero, evitando el derrotismo, dedica la parte frontal a ensalzar la reconstrucción del mundo, mediante el diálogo.

79 murales y la dignidad campesina

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Según el último inventario de la UNESCO la intensa labor de Vela Zanetti alcanza los 79 murales en edificios públicos e instituciones privadas, sin contar la numerosa obra que hizo para particulares. En 1960 el pintor regresó a España e instaló su residencia en su pueblo natal, Milagros. Durante este periodo, bajo el mecenazgo de la empresa arandina Bigar, pintó murales de temas históricos para los edificios de la Diputación de Burgos y el Arco Santa María. Paralelamente, llevó a cabo una intensa actividad pictórica con su obra de caballete, en la que ensalzaba la vida campesina, con una visión de la dignidad del mundo rural impregnada de machadismo. Instalado en el pueblo burgalés de Milagros creó su personalísima visión del campesinado.