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COLPISA
Madrid
Martes, 21 de mayo 2019, 12:37
La Guardia Civil ha liberado a trece mujeres que eran obligadas a ejercer la prostitución en burdeles o en calles de Valencia y Girona y ha detenido a los 20 presuntos miembros de la banda que las retenía -18 de ellos en España, uno ... en Rumanía y otro más en Portugal-. Según informaron fuentes del instituto armado, la 'operación Lora' se ha saldado con ocho registros, la intervención de dinero y tres coches de lujo, además de descubrir que el dinero ganado por las víctimas era blanqueado en operaciones inmobiliarias en Rumania
Las pesquisas comenzaron en febrero del año 2018, tras la denuncia de una víctima que informó de la situación de esclavitud que estaba viviendo al ejercer la prostitución de manera forzada. Era explotada y controlada por distintos integrantes de una banda. La joven fue captada por la red, que la obligó a prostituirse en Francia, Liechtenstein, Reino Unido, Alemania, Portugal y España. Según dijo a la Guardia Civil, varios familiares suyos habían facilitado su captación por la banda.
La investigación premitió averiguar que la red utilizaba el sistema 'loverboy', mediante el cual un individuo se acercaba a la víctima para establecer una relación sentimental y convencerla que si se trasladaba a España mejoraría su vida. Los guardias encargados del caso, a través de Eurojust, comprobaron que lo ocurrido a esta chica no era un episodio aislado.
Según comprobaron los investigadores, las mujeres explotadas en España eran forzadas a ejercer la prostitución en jornadas de más de 14 horas de trabajo, vistiendo únicamente con ropa interior en pleno invierno y soportando unas temperaturas muy elevadas durante el verano. Las víctimas eran vigiladas por sus supuestas parejas sentimentales, que no tenían reparo alguno en que sus parejas mantuvieran relaciones con otros hombres. En alguno de los casos, los explotadores llegaban a controlar hasta a siete mujeres, las cuales eran obligadas a ejercer la prostitución en calles controladas por su propia organización.
Por este motivo, los guardias civiles fueron testigos de las disputas con otros grupos que operaban en la zona por el control del territorio y calles en las cuales las víctimas eran obligadas a prostituirse. También se averiguó que el dinero que ganaban las chicas era enviado a Rumanía, donde los tratantes lo invertían en propiedades inmobiliarias principalmente.
Debido a la presión policial, el considerado como líder de la organización -sobre el que pesaba una orden europea de detención, huyó al verse acorralado. Sin embargo, decidió entregarse la pasada semana en un kuzgado de Figueras (Girona), una vez que habían sido detenidos simultáneamente los integrantes de todos los escalones de la banda, desde la captación, a la explotación y el blanqueo del dinero.
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