La Residencia Mixta de Personas Mayores Burgos I 'Cortes' ve mermar su plantilla de enfermeras a pasos agigantados. En un mes, han sido tres las profesionales que han dimitido ante la situación «insostenible» que se vive en este centro sociosanitario dependiente de la Gerencia ... Regional de Servicios Sociales. La última ha presentado su renuncia esta misma semana, una decisión «muy dura» pero en la que ha vuelto a primar, no solo su salud mental, sino también la necesidad de poder desarrollar su trabajo con garantías de seguridad.
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Así lo explica Silvia López, la secretaria provincial del Sindicato de Enfermería SATSE en Burgos, que está especialmente preocupada por lo que está ocurriendo en la residencia de Cortes. La problemática de las residencias de la Junta en común en toda Castilla y León, en cuanto a falta de reconocimiento profesional y condiciones laborales y salariales peores que las enfermeras del ámbito estrictamente sanitario. Sin embargo, las dimisiones en Cortes demuestran que la problemática es más profunda, admite López.
En el caso de la última de las enfermeras que ha dimitido, la reducción de los mínimos (el número mínimo de enfermeras por turno) ha sido la gota que ha colmado el vaso. «Necesita trabajar con mayor seguridad para no cometer errores», apunta López. En la residencia de Cortes tienen 120 usuarios (son ser más pero ahora hay una planta cerrada por obras), a los que atiende una plantilla de 11 enfermeras, a turnos. Y con un edificio de ocho plantas es inviable que una sola enfermera pueda ocuparse de los residentes en el turno de tarde, por ejemplo.
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«No puede desempeñar sus funciones con la seguridad de estar haciéndolo bien, y no malatendiendo a los usuarios», insiste López, que trasmite las palabras de la enfermera, quien deja un puesto de interina de once años por un contrato eventual de cuatro meses. Es la misma deriva que han tomado sus compañeras, dejar un puesto de trabajo con cierta estabilidad laboral para marcharse a otro temporal, pero es que «la situación no se puede sostener ni laboral ni mentalmente», asegura la implicada.
Y la decisión no es precisamente fácil. Silvia López comenta que la enfermera que acaba de renunciar «se siente culpable» pues, para ella, «los residentes son sus abuelos». En los tres casos conocidos hasta el momento (a los que se une la renuncia de una cuarta enfermera, que no ha querido prolongar su estancia en un contrato de verano), las enfermeras trabajaban en la residencia de Cortes porque les gusta la geriatría, atender a los mayores, los que se convierten en su otra familia. De hecho, en dos de los casos se van a otra residencia, algo que nunca antes se habían planteado, cuando ha habido opciones laborales para hacerlo.
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Por todo ello, el Sindicato de Enfermería SATSE ha solicitado una evaluación psicosocial de las enfermeras. Lamenta la situación que se vive en la residencia de Cortes y Silvia López recuerda que las enfermeras juegan un papel fundamental en los centros residenciales, pues de ellas dependen los cuidados. «Sin enfermeras no hay cuidados» y las personas mayores (y también dependientes) que acaban en los centros sociosanitarios lo hacen porque necesitan de una atención sanitaria especializada, de la que se encargan las enfermeras.
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