El coronavirus obliga a suspender la Semana Santa de Sevilla

Las tres instancias se reunieron a primera hora de este sábado para analizar el impacto del decreto de Estado de Alarma anunciado horas antes por el Gobierno central. Un decreto que se sumaba a las decisiones de la Junta de Andalucía de suspender las clases durante dos semanas y recomendar el cierre de establecimientos comerciales, de restauración y ocio. Unas medidas «drásticas» para «concienciar a la población sobre la importancia de limitar al máximo los desplazamientos de personas en el territorio, así como recomendar que las personas permanezcan en sus domicilios el mayor tiempo posible», razonaron en un comunicado oficial, en el que constaron «el consenso social y la práctica unanimidad de convencimiento y compresión de la sociedad sevillana ante la necesidad de tomar una medida tan dolorosa como justificada como la de suspender los desfiles procesionales de la Semana Santa 2020».

Así, y ante un escenario de aumento de casos en los próximos días, «consideramos que hay motivos de salud pública suficientemente justificados para suspender los desfiles procesionales en la vía pública de las hermandades y cofradías de Sevilla en la Semana Santa 2020». Las 70 hermandades que procesionan en la capital hispalense entienden además que «es nuestra obligación y la de todos los ciudadanos cooperar en la consecución de los objetivos que se plantea nuestro país en esta cuestión en la actual coyuntura».

Tanto Ayuntamiento como hermandades apuntan además a motivos logísticos, ya que aunque hasta el momento los trabajos de montaje de sillas y palcos para la carrera oficial (el recorrido común a todos los desfiles procesionales para entrar en la Catedral de Sevilla), la «práctica paralización de la actividad las próximas dos semanas» dejaba sin margen esos preparativos. Las hermandades aludieron además a «la posibilidad de tener que prorrogar esta situación por más tiempo, así como la evidencia de que volver a recuperar la normalidad deberá llevar su tiempo y por tanto la presunción razonable de que las medidas sanitarias de prevención que se están adoptando tendrán vigencia por un periodo de tiempo más amplio» como motivo suficiente para tomar una decisión que acabara con la incertidumbre sobre la viabilidad de las procesiones.

Los tiempos se habían ido apurando y desde el ayuntamiento se emplazaba a una reunión en la próxima semana para pronunciarse definitivamente antes de cancelar un evento que tiene un elevado impacto económico en la ciudad. Los últimos cálculos empresariales respecto a la Semana Santa de 2019 cifraban en cerca de 500 millones de euros el dinero que dejaba la celebración religiosa en la ciudad. Pero poco a poco, la idea de la anulación fue tomando fuerza a medida que se suspendían los actos de Cuaresma e incluso los ensayos de las procesiones. «No sería la primera ni la última vez», recordó esta misma semana Félix Ríos hermano mayor del Gran Poder, una de las hermandades de mayor tradición de la ciudad y que congrega a mayor número de fieles. «Si se suspenden no hay que hacer mayor drama, las hermandades son instituciones de siglos que han pasado por absolutamente de todo», dijo en una entrevista en TVE, en la que apuntó además a que, más allá de la Semana Santa, las cofradías y hermandades despliegan una enorme actividad que permite a los devotos participar y mitigar el impacto emocional.

Tras Sevilla, Málaga, Cádiz, Córdoba y Granada se han sumado y suspenden formalmente su Semana Santa ante las medidas preventivas para frenar el virus