Los «sueños dibujados» de una de las víctimas de Úbeda se exponen durante el minuto de silencio

Su hermano Iván murió de inmediato en su dormitorio, y su madre Belén, en el salón, al parecer después de intentar defenderse. Adrián tuvo tiempo de correr hacia la puerta. Con unas heridas en la espalda que, sin embargo, le robaron la vida minutos después. Antes de que él lograra salir al rellano, no hubo gritos. Tampoco hay denuncias previas de malos tratos, ni ningún rumor entre los vecinos de peleas matrimoniales. El asesino rumiaba la muerte en silencio, quizás sin demasiada determinación: la semana anterior había pedido un permiso para el siguiente lunes, el día que para ellos no amaneció. Dijo que la familia se mudaría a un nuevo domicilio.

Tanto en la ciudad donde Adrián comenzaba a pintar, Úbeda, como en Villacarrillo, la población donde vivía hasta el año pasado, han rendido un minuto emotivo de silencio a las tres víctimas. Aunque en secreto de sumario, los indicios apuntan a que se trata de un acto mortal de violencia de género.

En la calle de la fachada norte del Ayuntamiento, a mediodía y sobre un muro de piedra, se han exhibido aquellos pequeños dibujos de Adrián. «Le apasionaba plasmar en sus dibujos sus sueños». Una improvisada muestra de lo que ya no será, para los ojos de aquellos vecinos y amigos que le lloraban. Sus compañeros, exhortaba la escuela de arte, deberán ahora «cumplir sus sueños y los de su compañero Adrián».

Una primera exposición que el viento y el sol golpeaban. Este acto en homenaje a las jóvenes vidas perdidas. Una hora antes en un pleno extraordinario del Ayuntamiento de Úbeda también se imponía el silencio.