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El PP acudió este martes al Senado con la intención de amargarle su fiesta política a la ministra de Igualdad, Irene Montero, y al resto del Gobierno de coalición y la jugada le salió bien.
Una artimaña parlamentaria de los populares, sin más repercusión práctica ... que demostrar que pueden obstaculizar de forma momentánea la aprobación de una ley que deploran, va a conseguir retrasar unos dos meses la entrada en vigor de la ley de libertad sexual, más conocida como del 'solo sí es sí', que estaba previsto por todos, Ejecutivo y resto de grupos políticos, que fuese de obligada aplicación por los jueces ya en agosto.
Se trata de la ley que llegó al Parlamento impulsada por la indignación popular causada por la suave condena inicial que la Audiencia de Navarra le impuso a los violadores de La Manada y que, tras una reforma del Código Penal, suprime el abuso y convierte todo acto contra la libertad sexual sin un consentimiento claro en agresión o violación. La reforma que pretende que no se repita un fallo que se vivió como un atropello judicial.
Los populares saben que no pueden impedir la aprobación de una norma que salió en mayo del Congreso con un respaldo muy amplio (tiene el sí de todos los grupos salvo el de PP y Vox), pero sí podían retrasar su aplicación.
Durante la votación en el pleno del Senado de las 150 enmiendas que la oposición dejó vivas por puro prurito de partido, pero con el convencimiento de que ninguna iba a salir adelante, el PP se sumó por sorpresa a una de las modificaciones de Junts que por pura mecánica de colaboración entre minoritarios contaba en el apoyo previo asegurado de ERC, Bildu, Cs, Izquierda Confederal y PNV. El resultado de la maniobra imprevista fue que se aprobó por 130 a favor, 112 en contra y 17 abstenciones
La enmienda de la discordia no puede ser más nimia. Solo cambia una letra del texto, con la intención de hacer una corrección gramatical. Pide que, en el preámbulo, la frase «abortos y esterilizaciones forzosas» que ya existe se sustituya por «abortos y esterilizaciones forzosos».
Suficiente en todo caso para que la ley, que iba a aprobarse este martes definitivamente y sin cambios por el Senado, y por lo tanto se enviaría de inmediato al BOE para su entrada en vigor un mes después de la publicación, en agosto, tenga que volver ahora al Congreso para que ratifique o rechace la enmienda. El retorno, que en una situación normal obstaculizaría la entrada en vigor no más de una semana, aplazará la aplicación dos meses porque, dadas las vacaciones parlamentarias, no habrá nuevo pleno en el Congreso hasta septiembre. Así las cosas, la ley solo será aplicable un mes después, en octubre.
Los letrados del Senado, a los que el grupo del PSOE pidió que la norma no se devolviese al Congreso, por defender que la enmienda no introducía cambio real alguno, resolvieron que el envío a la Cámara baja era inevitable. Creen que sí que hay modificación en el sentido del texto, pues la 'o' incorporada extendería la calidad de «forzosos» tanto a las esterilizaciones como a los abortos.
La intención de lo populares con su maniobra quedó clara con el texto que su portavoz en el Senado, Javier Maroto, colgó de su Twitter solo unos minutos después de la inesperada votación: «La ministra Irene Montero ha venido hoy al Senado para hacer su 'gran intervención' final en el día de la aprobación definitiva de su ley del 'solo sí es sí'. Pues la ley no se ha aprobado. Se devuelve al Congreso. Enhorabuena, Irene», tuiteó sarcástico el responsable de la argucia parlamentaria.
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